Sábado 19 de septiembre - Página 12
“El corazón de la reforma que plantea el nuevo proyecto de Ley de Servicios Audiovisuales es el de atacar la gran concentración de medios en muy pocas manos. Algunas pocas empresas, a la sombra de la actual legislación de la dictadura militar –más algunos ‘retoques’ oportunos del Congreso durante el menemismo–, permitieron una acumulación de medios nunca vista en la historia. Un proceso que en ningún país medianamente ordenado y organizado sería posible sin transgredir la ley”, puede leer quien entre en estos días a la página del diario La Arena, de La Pampa. El periódico explicó así a sus lectores por qué apoya la reforma de la ley de radiodifusión y les anunció al mismo tiempo su renuncia a la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), en desacuerdo con las críticas que la Cámara que reúne a los editores del país realizó a la iniciativa.
La ruptura con Adepa fue formalizada con una carta que La Arena envió a los miembros del Consejo Ejecutivo de la entidad, que esta semana habían dado a conocer un documento en el que sostienen que el proyecto de ley “restringe la libertad de prensa” y afecta “la seguridad jurídica”.
“No compartimos estos criterios”, dijo a Página/12 Sergio Santesteban, editor del diario. “Esta ley busca ampliar el espectro de entidades y organizaciones que puedan acceder a una licencia de radio o televisión. Por ejemplo: acá, en Santa Rosa, hay un único operador de cable, un monopolio, mientras la cooperativa eléctrica de la ciudad, una de las más grandes del país, hace años que viene solicitando poder ser operador de cable sin que le abran esa puerta. Si la nueva legislación va a ampliar el horizonte de la gente que puede acceder a una frecuencia, nadie puede sostener que va a afectar la libertad de expresión; en realidad, va a ampliarla.”
Santesteban cuestionó de la misma forma el argumento de la falta de seguridad jurídica: “¿Quién puede creer que una ley de la dictadura vaya a garantizar la libertad jurídica?”, preguntó.
La Arena, contó el editor, “siempre apoyó todas las iniciativas legislativas que se presentaron en el Congreso para modificar la ley. Vimos cómo todas fracasaban en estos veintiséis años, y cuando surgió esta última iniciativa la respaldamos. Valoramos que se hicieran consultas y foros en todo el país para que opinaran todos los sectores sociales. Nuestro punto de vista favorable a una reforma de la ley viene desde siempre, desde el ’83. Por eso tomamos la decisión de irnos de Adepa cuando vimos que salía a oponerse al proyecto”.
En la carta a la entidad, los directivos del diario señalan que “Adepa se ha mostrado procediendo más como un grupo de presión –un lobby– que como una institución que debería representar los intereses de todos los editores del país.” “Con su posicionamiento –concluyeron–, Adepa abandona su papel de representar al conjunto de la prensa para encolumnarse detrás de poderosos intereses corporativos que no quieren perder su poder monopólico u oligopólico en el ámbito de los medios de comunicación.”
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