viernes, 30 de enero de 2009

Con los ojos en Gaza

Por Laura Ginsberg *

Cuando el 27 de enero se conmemoró a las víctimas del Holocausto y se recordó la resistencia del ghetto de Varsovia contra el opresor nazi, en medio del aislamiento internacional al que fuera sometido por los Estados "amigos", los ojos de la humanidad estaban puestos en la Franja de Gaza, aún sitiada, aislada y sometida por uno de los ejércitos más poderosos del mundo.
Ese día de homenaje y recordación fue instituido por las Naciones Unidas, las mismas que facilitaron 22 días de bombardeos a la población palestina, y que aún no saben si sentarán al gobierno de Israel y a sus jefes militares en el banquillo de los acusados por crímenes de guerra y por violar la legislación internacional de ayuda humanitaria.
Los ojos de la humanidad miran y acompañan a las víctimas masacradas en Gaza y repudian las políticas terroristas del Estado de Israel en esa región.
La analogía con la conmemoración no es caprichosa: es el mismo Estado de Israel el que impulsó la recordación de las víctimas del nazismo y hoy propagandiza un incremento del antisemitismo global como producto de su invasión y del genocidio en Gaza. Toda una confesión, de parte de quien se supone iba a defender a los judíos del mundo para que no sufriéramos más este tipo de agresiones.
En nuestro país, donde se han movilizado decenas de miles contra esta criminalidad, no se ha registrado una sola víctima del supuesto "tsunami antisemita". De esta manera, DAIA y la Embajada de Israel vulgarizan el concepto de antisemitismo al confundir deliberadamente el repudio popular a los ataques del Estado de Israel con los ataques a individuos o a instituciones por su condición religiosa o étnica.
Cuando los hubo durante la dictadura militar y en la voladura de la AMIA, los ataques antisemitas fueron cometidos y/o encubiertos por el Estado argentino y sus fuerzas de seguridad. Israel fue entonces su cómplice en el encubrimiento y sostén internacional. Ahora, es el Estado argentino el que refuerza sus vínculos económicos (Tratado del Mercosur, Ley 26.437) y su complicidad política con el Estado de Israel en la masacre de Gaza.
El gobierno israelí manipula una acusación internacional de antisemitismo y pretende que los estados enfrenten y prohíban la manifestación del repudio popular contra esta política de exterminio.
Un aspecto de esta manipulación consiste en descalificar y hasta ocultar que somos muchas las víctimas del terrorismo de Estado en AMIA que nos solidarizamos con las víctimas del terrorismo de Estado en Gaza. Resulta que ahora yo, que soy una damnificada de la masacre de la AMIA y de origen judío, que sé que el Estado argentino es responsable de este atentado en, al menos, su "encubrimiento agravado", y que defiendo a las víctimas de la criminalidad de los Estados en Israel y en la Argentina, me estaría aprovechando de esta situación internacional para provocar el antisemitismo hasta ahora encubierto y reprimido. ¡Un verdadero disparate! El nivel de manipulación para confundir a la opinión pública no conoce límites.
Los ojos de la humanidad están ahora más abiertos que nunca.
La política genocida en Gaza nos afecta a todos, nos avergüenza y sus consecuencias serán padecidas por generaciones. Su crítica y su cuestionamiento se hacen indispensables para defender los valores éticos y morales de la vida y del derecho a la existencia de los pueblos del mundo. En el homenaje a las víctimas del Holocausto y en la recordación de la heroica resistencia del ghetto de Varsovia, sumamos nuestra solidaridad para con el pueblo de Gaza, que se resiste a vivir en un ghetto, confinado entre muros y condenado a subsistir en condiciones infrahumanas.

*Integrante de la Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA (APEMIA) - apemia2002@yahoo.com.ar

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/

Otros artículos de consulta:




miércoles, 28 de enero de 2009

En cuanto a la(s) religión(es)

Por José Soria

Considero un deber e imperativo de la humanidad advertir sobre el tremendo peligro que corre la conciencia libre, la libertad de pensamiento.

Primero comenzó siendo asesinada en otrora, lejos en el tiempo, allá con el advenimiento de Moisés y su monoteísmo.
Luego: con su judaísmo reformulado (neojudaísmo) enclavado vergonzosamente en el corazón del imperio Romano y adoptando su nuevo nombre: "cristianismo" y más tarde: Iglesia Católica Apostólica ¿Romana o Judía?.
Posteriormente, una nueva reformulación mediante el cisma religioso (S.15) y su nuevo nombre: ¿Protestantismo?. Yo diría judaísmo aggiornado.
Hoy contamos con religiones a la carta: mormones, bautistas, pentecostales, adventistas y los más peligrosos: los testigos de Jehová. Todos, absolutamente todos, responden ideológicamente al sionismo.
Si prestamos más atención veremos que la Indefensa biblia es en un solo tomo.

Un plan estratégico militar para dominar el mundo
Las religiones son corporaciones ideológicamente alineadas con la derecha internacional y han ocupado el vacío ideológico que en Latinoamérica dejaron los movimientos de liberación nacional manus militaris mediante.
¿En qué religión hay un librepensador o un agnóstico o un ateo?.
El panorama es sombrío y la pregunta es: ¿qué será de nosotros cuando los creyentes sean mayoría?.

martes, 27 de enero de 2009

La regla de la excepción

Por Horacio Verbitsky

El energúmeno de Gualeguaychú dijo el viernes que los "Kirchner", "que critican tanto al gobierno de los '70, están igual. Sólo les falta las armas". Lo escuchaba con atención la jefa de la Coalición Cívica Libertadora, Elisa Carrió, quien hace tres años había dicho que "Kirchner es igual a Hitler con la diferencia de que hoy no hay campos de concentración en la Argentina". La regla de la excepción podría aplicarse con provecho a distintas situaciones. Por ejemplo:

- Fernando de la Rúa es un estadista de la capacidad de Winston Churchill, con la diferencia de que su gobierno sólo duró dos años.

- Benedicto XVI es tan gracioso como Marcelo Tinelli, sólo que no cuenta chistes.

- Mauricio Macri tiene la misma profundidad de pensamiento de Jorge Luis Borges, con la diferencia de que no escribe.

- El Ogro Fabbiani juega como Messi, sólo le faltan la velocidad y la gambeta.

- La seducción de Mirtha Legrand hace pensar en la de Angelina Jolie, salvo la edad.

- El ferrocarril Sarmiento es como el que une París y Bruselas en una hora, con la diferencia de la velocidad, la comodidad y la higiene.

- Edmundo Rivero es igual a Christina Aguilera, sólo que canta tangos.

- Jorge Brito es como Picasso, con la diferencia de que nunca pintó un cuadro.

- Adrián Paenza escribe como García Márquez, salvo las novelas.

- El general Alais es un estratega como Napoleón, con excepción de que nunca libró una batalla.

- Si mi abuelita tuviera ruedas sería una bicicleta.

Fuente: www.pagina12.com.ar

lunes, 26 de enero de 2009

Con la nueva Constitución se refunda Bolivia

Una mayoría de bolivianos aprobó el texto constitucional de Evo Morales. Pero en la Media Luna –Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija– el voto por el No superó el 60 por ciento, con lo que los prefectos avisaron que se opondrán a su implementación.

Medios y comunicación

Los medios masivos han dejado de ser la única fuente a la que los ciudadanos recurren para formar su opinión. Existen otros modos de acceder a la información política que ayude a la toma de posiciones. A ello se agrega que la información que brindan los medios aparece sesgada y desarticulada.

Por Alfonso Gumucio Dagron *

Los medios, partidos por la política
Comunicación, información, difusión y... confusión. Incluso entre los periodistas la confusión es grande, pues usan indistintamente esos términos para referirse a los medios masivos. Para Antonio Pasquali, la expresión medios de comunicación "repugna", porque los medios masivos no comunican, solamente difunden. Ya en 1963 escribía:


  • "La expresión medio de comunicación de masas (mass-communication) contiene una flagrante contradicción en los términos y debería proscribirse. O estamos en presencia de medios empleados para la comunicación y entonces el polo receptor nunca es una 'masa', o estamos en presencia de los mismos medios empleados para la información y en este caso resulta hasta redundante especificar que son 'de masas'".
Lo correcto sería llamarlos medios masivos, medios de difusión, o medios de información. Dicho simplemente: la comunicación es en dos sentidos y horizontal, mientras que la difusión tiene sólo un polo de emisión vertical. Desde su origen en griego y en latín, el término comunicación está asociado a participar, dialogar y compartir.
Lo anterior es esencial si se quiere entender el papel de los medios masivos en la sociedad y la función política de los medios de comunicación frente a los partidos políticos y los movimientos sociales.

Credibilidad y respeto
Los medios masivos difunden y tal vez informan, pero no comunican. No admiten una relación de equidad con la sociedad, sino una relación de influencia-dependencia con los grupos de poder. Esa relación de dependencia-influencia está mediada por el poder de los propios medios masivos, lo que ha valido la expresión "cuarto poder" atribuida a Edmund Burke, hace más de dos siglos. Si ya se consideraba entonces que los medios tenían un poder excesivo en la sociedad, más aún con la aparición de innovaciones tecnológicas del siglo pasado.
No es gratuito que el director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, reivindique la necesidad de un "quinto poder", es decir, un poder ciudadano sobre los medios, que no esté coludido con los poderes económicos y políticos.
La prensa ha sido tradicionalmente el principal referente de la discusión y del análisis político. Pero cada vez hay menos medios "respetables", es decir, aquellos cuya función de información se cumple en apego a la búsqueda de la verdad y donde los intereses de los grupos propietarios no determinan la línea editorial. En el mundo entero se pueden contar con los dedos de una mano. El primero que viene a la cabeza es Le Monde, quizás el único diario que se ha ganado el respeto internacional por su seriedad. The Guardian, en Inglaterra, ha merecido también ese sitial, con una posición independiente más agresiva. The New York Times fue el diario independiente de referencia en Estados Unidos, pero su complicidad con el gobierno fue demasiado lejos durante la guerra de Irak.

La política en los mediosy los medios en la política
Una identificación demasiado clara de un medio con una propuesta política lo pone en desventaja. Las veces que ha ocurrido sirvió de trampolín circunstancial en la política, pero la credibilidad del medio se pulverizó. Son más hábiles los medios de difusión que detrás de una aparente "diversidad ideológica" esconden un proyecto político que apunta a que no cambie nada. En esa línea se inscribe la mayoría.
De cara a los partidos políticos y a los movimientos sociales, los medios de difusión mantienen un delicado equilibrio. Cuando han intentado romper ese equilibrio, orientando su línea editorial a favor o en contra de un grupo de poder específico, se han producido reacciones que amenazaban con restringir su difusión.
Tomemos un ejemplo cercano. En 2007 el Internacional Media Support (IMS) analizó exhaustivamente el comportamiento de los medios en Bolivia. La organización holandesa señaló en su resumen ejecutivo:


  • "Entre los resultados centrales se encuentra que la polarización creciente en la sociedad boliviana se refleja de una manera importante en los medios. Varios de ellos asumen un papel muy activo al representar intereses distintos con una marcada tendencia a aumentar las críticas a las posiciones opuestas. Esto, combinado con la particular segmentación geográfica de los medios bolivianos, implica un riesgo en el momento actual, en la medida que contribuye también a una cierta fragmentación del país".
Sin embargo, no creo que sea tan directa la influencia de los grupos de poder sobre los medios. Más bien pienso que directores, jefes de redacción y periodistas maniobran en un margen que les permite armar su música "de oído", sin una partitura rigurosa. El problema de los medios de difusión no es tanto lo que dicen sino lo que callan; es decir, la población es la que menos se expresa en los medios de difusión, de allí quizás que tradicionalmente se ha dotado de sus propios medios: radios comunitarias o sitios en Internet.
El papel político de los medios de difusión en relación con los movimientos sociales es epidérmico. La carencia de análisis y de investigación hace que la cobertura de los movimientos sociales sea precaria, superficial y, por lo general, revele ignorancia del tema. Si bien los partidos políticos pueden articular plataformas que se traducen fácilmente en información, no sucede lo mismo con los movimientos sociales. Un papel de los periodistas en los medios masivos debería ser esa capacidad de articular aquello que a simple vista se muestra disperso, caótico e inorgánico.
Tampoco son los medios articuladores del diálogo tan necesario en momentos de crisis política, más bien demuestran una precariedad lamentable. No son en el escenario político verdaderos actores de la democracia, sino que actúan a tientas, sin objetivos claros. Su función se ve reducida a difundir información que otros generan, desde boletines oficiales hasta comunicados de la empresa privada, pero sin capacidad de articular la información.
Antes leíamos dos o tres diarios para formar una opinión. Hoy, esa lectura no aporta mucho en la comprensión de los grandes temas del debate político. Por ello los lectores acudimos con mayor frecuencia a sitios en Internet, a boletines, a otras formas menos convencionales de información para armar el rompecabezas de la política. Y tampoco lo logramos, como no lo logran ni los partidos, ni los movimientos sociales, ni los medios de difusión.
Los medios de difusión representan la mitad de la información política que el ciudadano requiere para formarse una opinión. La mitad que ofrecen los medios masivos es parcialmente sesgada, parcialmente veraz, parcialmente inclusiva y democrática, pero sobre todo es una información desarticulada, polarizada e inorgánica. Incapaz de contribuir a la construcción de ciudadanía.

* Boliviano, especialista en Comunicación para el Desarrollo con experiencia en Asia, Africa y América latina.

Palestinian Holocaust Museum

viernes, 23 de enero de 2009

Sur/Sur ¿y ahora que dirán la vieja derecha y la izquierda de la nueva derecha?

La presidenta Cristina Fernández junto al comandante Fidel Castro

La presidenta Cristina Fernández recibe el saludo de su par venezolano, Hugo Chávez Frías

El encuentro con Cristina

Por Fidel Castro*
La Presidenta, momentos antes de ingresar a la Universidad de La Habana, muestra en sus manos un póster de Ernesto Guevara, acercado por una persona del público que la esperaba a las puertas de la casa de estudios.

La conversación duró 40 minutos, el intercambio de ideas fue intenso e interesante como esperaba. Es una persona de convicciones profundas. No hubo debates.
Cuando habló en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, respondía rápidamente las preguntas de los estudiantes mostrando talento y capacidad de respuesta.
En la Escuela Latinoamericana de Medicina el encuentro fue emotivo; los cantos de los estudiantes campesinos de origen guaraní, con música e instrumentos típicos de esa etnia, dieron un tono especial al acto. Le obsequiaron una bata médica, se la colocó encima del traje de chaqueta y pantalón naranja.
De la ELAM salió para conversar conmigo.
Al hablar de Estados Unidos, le señalé la importancia histórica para Cuba de que ayer a las 12 del día habían transitado 10 presidentes a lo largo de 50 años, en los que a pesar del inmenso poder de ese país no habían podido destruir la Revolución Cubana.
Expresé que no albergaba personalmente la menor duda de la honestidad con que Obama, undécimo presidente desde el 1º de enero de 1959, expresaba sus ideas, pero que a pesar de sus nobles intenciones quedaban muchos interrogantes para responder. A modo de ejemplo me preguntaba: cómo podría un sistema despilfarrador y consumista por excelencia preservar el medio ambiente.
Muchos otros aspectos de política nacional e internacional de Cuba y de Argentina fueron abordados.
La capacidad de Argentina de producir alimentos y productos industriales con tecnología avanzada son factores decisivos para su desarrollo. Mencionó la capacidad de ingeniería informática para comercializar en el mercado mundial, en países como la India de gran interés para ella, que es en cambio muy fuerte en la creación de programas.
A Cristina le gusta consagrarse al trabajo y dedicarle todo el tiempo. No obstante, es capaz de proteger sus derechos cuando viaja a otro país, imponer un número de horas para hacer ejercicios y adaptarse, lo cual todos respetan.

* Del diario cubano Granma.

miércoles, 21 de enero de 2009

Enjuiciar a los gobernantes del Estado de Israel por delitos de lesa humanidad

Ante las circunstancias estamos obligados a realizar una doble lectura de los hechos acaecidos en la Franja de Gaza; una de las mismas debe ser simplemente como seres humanos, en donde nuestra solidaridad debe manifestarse de inmediato, porque son semejantes que se han quedado sin los mínimos recursos para la sobrevivencia y, encima, están siendo exterminados en un territorio cerrado. La otra es decididamente política, y en ese sentido no alcanza tan solo con la postura y predisposición ciudadana, sino que implica análisis y reflexiones más profundas, porque la historia es compleja, además nos cuenta y nos revela una diáspora entre el pueblo árabe y judío cargada de matices e intereses propios y ajenos.
Por lo tanto los militantes del campo popular no podemos ignorar estos sucesos nefastos, humillantes, a la vida humana. Tampoco es posible retacear la toma de posición, alivianando los significados y los contextos desde donde se opina: por eso se condena a la brutalidad y el poder de fuego desproporcionado del ejército invasor, imperialista, israelí, así como a los responsables ideológicos de las decisiones, o sea, a los dirigentes y funcionarios del Estado de Israel.
Ha sido un genocidio el que se llevó a cabo contra el Pueblo Palestino, que por el momento ha dejado más de 1400 muertos, entre ellos, más de 400 niños.
Los militantes de las causas populares y nacionales reconocen en su propia sangre lo que significa la persecución, la proscripción, el exilio, la tortura, la desaparición, la muerte. Es paradójico que en este país muchos de los partidos progresistas, de los que se dicen inscritos en la izquierda, hoy compartan un mismo espacio con el sector más reaccionario y retrógrado de la Argentina, y de que estén junto a los que agradecían los bombardeos y fusilamientos de la revolución libertadora, o los que elogiaban al Proceso de Reorganización Nacional a través de costosas solicitadas publicadas en los diarios más importantes.
Hablemos de memoria también acá, hagamos nuestra autocrítica también; porque, por el contrario, dicha perspectiva dominante de la oposición nos excede en nuestra capacidad militante e intelectual y es una contradicción levantar las banderas con las figuras simbólicas de Evita, el Che, o Fidel; muchas peor todavía es sostener argumentos y loas a la Patria Grande que conducen Hugo Chávez, Evo Morales, Raúl Castro o Rafael Correa, cuando hacen todo lo contrario respecto a la Nación.
Los intelectuales argentinos de Carta Abierta han denunciado las confabulaciones de la nueva derecha, es la misma de siempre que sigue pendiente de la políticas emanadas de Estados Unidos, sino, escuchen a los periodistas que tienen como voceros; con crisis y todo continúan enalteciendo todavía las ventajas del FMI, del neoliberalismo y la globalización. Los mismos actores se repiten en Israel, Juan Gelman y León Rozitchner los han caratulados como sectores ligados al poder judeocristiano y neoliberal; no vamos a explicar las consabidas relaciones y semejanzas con los opositores de nuestro pago, caen por su propio peso: o acaso la Franja de Gaza, encajonada y cerrada por la fuerza, no se parece a lo que hicieron los oligarcas para derribar al presidente Allende en Chile o hace un año el lockout y los bloqueos de rutas de los agrofachos argentinos con el Gobierno Nacional y Popular?
El desconocimiento por parte de los gobernantes israelíes de las más elementales normas humanitarias, así como el desprecio ante las resoluciones de las Naciones Unidas a lo largo de más de medio siglo, los hace pasibles de ser enjuiciados por la comisión de Delitos de Lesa Humanidad.
En nuestro carácter de ciudadanos argentinos, solidarios con las luchas populares de liberación y, en lo particular, con la heroica resistencia palestina en pos de su independencia e integridad territorial, adherimos al llamamiento del Embajador Palestino en Argentina, Farid Suwwan, para que los actuales gobernantes de Israel sean juzgados por el Tribunal Penal Internacional como inspiradores y ejecutores de Crímenes de Guerra.
+
Movimiento Evita (La Pampa) - Militantes Intransigentes

jueves, 15 de enero de 2009

La guerra de Marlon

Fuente: http://www.ahpopularydigital.blogspot.com/

PEDRO WALDO VILLACORTA (a) "MARLON"
EDAD: 68 años
FECHA DE NACIMIENTO: 10 de Septiembre DE 1937
LUGAR: La Rioja.
+
"En 1955, el pueblo estaba en el poder con Perón, la oligarquía fue la que echó a ese gobierno del pueblo, al gobierno popular, lo que pasa es que los milicos, la oligarquía y los curas, armados hasta los dientes, ¿no?. Hicieron matanza de la gente, bombardearon la Plaza de Mayo, reventaron colectivos llenos de gente, con chicos que iban a la escuela, después bombardearon en Retiro y hubo mujeres y niños muertos. Aparte a todos los obreros que mataron, ahí fue cuando empezó la guerra.
―¿Qué hacía en el 55? ¿dónde trabajaba? ¿cómo ingresó a la Juventud Peronista?
―No yo entré a la resistencia directamente, no tenía formación política, ni militancia previa, ni contactos en el partido, nada de nada. Cuando cae Perón en el 55, yo trabajaba en la Cooperativa del Ferrocarril, que nada que ver con los Ferrocarriles del estado, en la empresa ferroviaria. Vivía en Villa Adelina, partido de San Isidro, que te voy a hacer una aclaración, Villa Adelina, cuando estuvo Perón, la estación se llamaba José Martí, le borraron el nombre en Villa Adelina y se lo cambiaron, aquí en Villa Adelina estuvo el grupo de la resistencia, la más brava que tuvo la República Argentina, por la cantidad de hechos. En el país se organizaron distintas células, pero la nuestra fue la más brava, todos luchábamos, todos éramos iguales.
―¿Cómo se organizó esa célula?
―En Villa Adelina, cuna de la resistencia, había un cine ahora hay un banco, el Cine Mayo, hacía 2 o 3 días que había caído Perón y me fui al cine de noche, cuando vino el noticiero, salía Aramburu, Rojas y hubo una chiflatina general, pataleábamos, puteábamos, de todo, -¡Prendan las luces!- y nos echan a todos del cine (risas) y entonces nos sentamos en el cordón de la vereda, eran las 11 de la noche, unos cuantos, entre esos estaba Héctor Gríngoli, Cacho Giménez, que si bien nos conocíamos de vista, nunca nos habíamos hablado, estábamos a las puteadas, le digo yo: "¡che! ¿por qué no salimos y los hacemos cagar a estos hijos de puta?"; porque cuando pasaban los trenes -que venían de afuera- nos gritaban de todo, contra nosotros, gritaban: "¡LIBERTAD! ¡LIBERTAD!", y nosotros los cagábamos a hondazos (risas). Estaba un compañero, Cacho Jiménez, que ahora vive en Don Torcuato, cerca de la ruta 202, apenas si puede caminar, hace 5 años que no lo veo, no fueron capaces de darnos una mano en nada, en nada, a mi me da vergüenza, no sé si está vivo o muerto, pero ese fue un gran compañero porque en todas las grandes acciones que hicimos, él estuvo. Juan Jiménez, el Cacho, Santafesino, debe tener 75 o 7 años, es mayor que yo. Entonces me dice Cacho que estaba sentado en la vereda: "¿Se animaría compañero a hacerlos cagar?", "¡Si!", le contesté. En Villa Adelina, vivía la familia Bustos, nosotros nos reunimos ahí, los dueños de casa, Don Bustos y Doña Enriqueta, eran viejitos, y eran las 2 o 3 de la mañana y ellos salían a caminar afuera para vigilar que no hubiera nadie, algún movimiento raro, el domicilio estaba en la calle Gobernador Castro, tenían en la casa una cancha de bochas, porque Don Bustos y sus hijos jugaban para un club y entrenaban en la casa. A Doña Enriqueta siempre le decíamos: "cuando lo traigamos a Perón, lo vamos a traer acá, para que juegue un partido a las bochas", y Doña Enriqueta nos contestaba: "¡hay! ya me parece verlo al General acá jugando a las bochas. Ellos murieron en la mayor de las miserias y los canallas nunca jamás se preocuparon por nada. A mi el único que me dio una mano fue él -señala a un compañero presente-, pero él personalmente nada que ver con el poder, el gobierno. Volviendo al tema, primero cuando empezamos nos armamos con unos revólveres y un Winchester 44, y salíamos de noche. "¡Aquel es gorila! ¡bum! ¡bum! ¡bum!", se la poníamos tiroteándole la casa. Después nos trajeron pólvora, y allí murió un compañero en un accidente, Lucicini, estaba armando un explosivo, y manipulando la pólvora, el compañero tenía un cigarrillo prendido y se explotó la pólvora, porque todos éramos inexperto, nunca habíamos manejado explosivos detonantes, mechas ni las mezclas, nos habían dicho que la pólvora no explotaba sin detonante, y por eso Lucicini estaba fumando, pero la pólvora se encendió sin explosión, y consumió todo el oxigeno alrededor de la mesa, externamente Lucicini no tenía nada, pero aparentemente le afectó gravemente los pulmones, aunque a nosotros nos dijeron después que había ido la policía al hospital y lo mato.
―¿La pólvora cómo la conseguían?
―A través de otro grupo, yo a esa información no la tengo porque no me ocupaba de eso.
―¿Los muchachos del grupo tenían alguna jerarquía interna?
―No, no, nada que ver, eran compañeros y punto. Ahora me acuerdo, el sindicato de químicos solía conseguir pólvora, y por allí había un grupo que le mandaba decir a otro, te cambio mechas por gelinita. Pasado el tiempo y con más práctica empezamos a buscar explosivos más fuertes, gelamón; gelinita; detonantes; mechas, asaltamos cerca de Mar del Plata, creo que en Sierra de los Padres, unas canteras. Teníamos un contacto con la gente de Mar del Plata, Armando, Nicolera, Mariano Vuelta, Oscar Norberto Centeno, Carlos Menéndez, y otros muchachos que ya me voy a acordar. Al doctor Oscar Norberto Centeno lo mató el general Camps, en el setenta y pico, unos días antes yo había estado con él en Mar del Plata, cuando fue el sepelio fueron varios abogados a despedirlo, y los milicos los alzaron y desaparecieron. Retomando el relato, el grupo nuestro a través de Gríngoli, había tomado contacto con el doctor Domingo Heriberto Sanz, el Mingo, dermatólogo de San Isidro, como él conocía el ambiente nos iba pasando los datos, él tenía amigos que nosotros no conocíamos y él averiguaba a través de ellos, nos daba la información y nosotros se la poníamos a los gorilas. Primero empezamos con pólvora haciendo las bombas por supuesto... en Boulogne no querían ir a la huelga los maquinistas del ferrocarril y el secretario general de la base de Boulogne era el que se oponía a la huelga, porque era antiperonista el tipo, y fuimos a la casa le metimos una bomba de pólvora, llevábamos nafta que se la agregamos; yo tenía la costumbre de llevar los fósforos "Rancherita", me retiraba unos metros, encendía el fósforo y lo tiraba; a toda la gente le llamaba la atención la puntería que tenía... (risas); pero esa noche la mezcla no quería prender, me puse atrás de un árbol, a cinco o seis metros, y le tiré un fósforo encendido, el fósforo voló y ¡Pum!; explotó ni bien llegó el fósforo, me llevaron los muchachos abombado por la explosión. ¡Le hicimos pomada el frente al tipo!. Así, hubo otras acciones chicas... hasta que por allí encontramos lo amigos de Mar del Plata, que te comentaba hace un rato, al doctor Centeno, a Dionisio Pereyra, bueno, y a otro montón de compañeros. Entre ellos había uno que conocía el trabajo de Las Canteras, en Sierra de la Montaña o Sierra de los Padres, no me acuerdo bien, ellos estudiaron la acción y de acá fuimos nosotros. Mariano Vuelta, que había sido suboficial hasta le 55, la había planificado, yo estuve con él hace poco en Santa Clara del Mar, estuve como un año y casi todos los días iba a visitarlo. ¡Un compañerazo! ¡Como se jugaba!. Había sido retirado por ser milico peronista, todos lo iban a buscar a él, porque era el único con formación militar y conocimiento en armas y explosivos. Mira como será, que nunca se presentó a cobrar la jubilación, la vez pasada le pregunté: "¿Fuiste a cobrar?", y casi me mata; "¡No quiero saber nada con los milicos!". El estaba con el flaco, que fue Tesorero del gremio de Gastronómicos en Mar del Plata, ¡Para! No me sale el nombre de este compañero, eh..., la mujer también era otra compañera peronista, ya falleció, pero no me puedo acordar, sigamos, ya va a salir... porque la resistencia siempre comenzó en el entorno familiar, y después en amigos y vecinos que se sumaban, tanto mujeres como hombres, que utilizaban seudónimos, se cambiaban de nombre como de camisa, a mi me pusieron el apodo, porque en esa época estaba dando la película ¡Viva Zapata!,... y a mí me bautizaron, Marlon Brando (risas) y después quedo Marlon; cuando caí en cama, nadie se sorprendió porque cayó Pedro Villacorta, "¿quién comino lo conoce a éste?" (risas). ¡Ah! Te contaba lo de la cantera, la asaltamos, caminamos por campos arados, hasta subir a la sierra, de ahí sacamos los explosivos en cajones, y como era buen tirador desde pibe, en Córdoba iba casi todos los días a tirar, a practicar tiro, allá en Cosquín, estaba vinculado a una familia de renombre, entonces a mi me dejaban tirar, decían: "a este déjalo pasar que es de la familia Arrascaeta"; incluso intervine en campamento juveniles de tiro, así que tenia noción de cómo se manejaba un arma. Cuando llega la resistencia, yo tenia 18 años cuando cayó Perón; ya sabia manejar armas, la posición de tiro, todo, entonces los muchachos mas grandes confiaban en mi para que vigilara con el arma; llevaba una ametralladora Halcón, cuando esa vez bajamos de la sierra con los cajones de explosivos, habían ido muchos compañeros de Mar del Plata, cada cajón pesaba 24 Kg., y cada uno llevaba 2 cajones, yo llevaba uno porque tenía la ametralladora y cerraba la fila; a mi los muchachos me dijeron: "vos sos el último, si te tocan de atrás, sacudile porque no es de los nuestros, la consigna si pasa alguno es gato". Veníamos bajando y me tocan la espalda, íbamos por unas plantaciones, a oscuras, no se veían ni las manos, me voy vuelta y me dicen: "¡gato!"... era un muchacho que le decían gallego, desde esa vuelta lo separaron, no le dieron mas cabida en el grupo, nunca mas supe de él, por lo que había hecho... ¿si yo le tiraba? yo tenía la orden de tirar y tiraba, no tenía ningún drama. Antes de salir a buscar los explosivos, resulta que estábamos en la casa de Pedro Álvarez, el gastronómico, y se me trabó la ametralladora, no la podía destrabar, todos lo intentaron y nada, no aflojaba la máquina, ¿sabes quien la arregló? la mujer de Pedro Álvarez, hizo así ¡Puc! con la mano y después nos pegaba la forreada la señora (risas). Hace poco fui a visitarlos, Pedro cobra una pensión de $300, va a comer a un lugar donde va la gente pobre, la casa de adelante donde vivía, el chalecito, lo alquiló y se hizo una casita atrás donde vive, la misma señora que le alquila el chalecito me contó a mi: "¿sabe los meses que le debo?" y Pedro le dice: "no se haga problema si no tiene para pagar ¡qué va a hacer!". Ellos no tienen hijos, y viven así, ¡mirá como se portaron todos!. Nos volvimos a Buenos Aires, después del asalto a la cantera, esa misma noche camuflamos el camión y pegamos la vuelta. Le voy a comentar las acciones grandes que hicimos, allá por el 56 ó principio del 57, una de las primeras fue cuando le pusimos una bomba al interventor de la CGT, Patrón La Placette, que a estos dirigentes "sabios y prudentes" que tenia la CGT, Laplacette los usaba para que les limpie el piso, las botas y le seben el mate, esos eran los "sabios y prudentes", esos eran delincuentes, todos sin excepción, también el interventor, que fue de vaciador de la CGT, junto a los "32 gremios democráticos" que no existían pero que negociaban con la dictadura. Ya a esta altura, todos los días explotaban bombas, las que colocábamos nosotros. También de un montón de otros grupos en Buenos Aires, Córdoba, Rosario. Da la casualidad, que ese mismo día que explotó la bomba en Patrón Laplacette, a tres oficiales mas de la Marina le pusieron bombas, entonces la inteligencia de la Marina decía: "estos hechos fueron sincronizados", y ¡nada que ver!, dio la casualidad nada mas. Nosotros con Gríngoli, salíamos con cinco caños casi todas las noches, me acuerdo del de la valija, Fernández Rojo, era un buen tipo, medio rarón, ahora tiene Alzheimer, en ese tiempo era bastante fantasioso, pero poner, ponía. Nosotros, a otro que se la pusimos fue a...
―¿al de la SIE? (Servicio de Inteligencia Estatal)
―No, yo no estuve en esa acción porque caí preso, estuvo Gríngoli, fue cerca de la Residencia de Olivos, y se armó un tiroteo, una compañera manejaba la camioneta, que después cayó presa con el CONINTES (Conmoción Interna del Estado); ¿quién se acuerda de los presos Conintes?. Yo conseguí una lista incompleta de los presos que salió publicada hace un tiempito en una revista del gremio de farmacia, pero después nadie se acordó de nosotros, jamás.
―¿Es cierto que murió Conrado Ruggero? El pelado, que era telefónico que vivía en Don Torcuato. ¿No lo ubica?
―Si, estuvo preso, con el plan Conintes fueron 1300 los presos.
¿Sabe usted cómo aparecen los caños?
―También los llamábamos "chorizos" y nacieron en Villa Adelina, antes a los explosivos los poníamos en bolsas tipo marinero y resulta que colaboran en la resistencia una familia que eran poceros, y tenían cualquier cantidad de caños, caños viejos que ellos juntaban y los vendían a fin de año y hacían una gran fiesta en el barrio, esa familia se apellidaba Lindón, un día estaba en la casa de ellos, y les dije: "che, esos cilindros de bronce ¿te sirven?"; los estoy juntando para fin de año. "Y si los usamos, ¿vos tenés algún problema?", "No, háganlo". Entonces metíamos los explosivos ahí, con tornillos, rulemanes, con todos los condimentos y decíamos: "¡Un pan dulce para el fulano!". Le poníamos dos mezclas porque resulta que una vez fuimos a Villa Martelli, a la casa de un tipo que colaboraba con la policía, porque era comando civil de la Libertadora y tenía un negocio en Villa Martelli y entonces le pusimos una bomba y no explotó, era en el invierno, porque había mucha humedad, la mezcla se quebró y no explotó. A partir de ese día a la mezcla la sobábamos, le dábamos un calor en el horno y poníamos dos mezclas de la misma medida con dos detonantes y nunca fallaron.
―¿Cuánto les llevaba armar un caño?
―Poco tiempo, con la práctica, enseguida. De cada cajón de 24 Kg. sacábamos una de 10 Kg. según el caño. Nosotros le pusimos una al juez Botet, el del decreto 4161, en esa época éramos varios los que los buscábamos para hacerlo cagar. En el ranking de los más buscados por la resistencia estaban por la bronca que les tenía la gente, Rojas; Aramburu y el juez Botet, eran los tipos más odiados del país. Rojas vivía en la calle Austria y las Heras, era imposible no se podía, a Aramburu tampoco y creo que fue en Diciembre de 1959, nos traen el dato del juez, entonces pusimos en dos caños, 94 Kg. de explosivo de gelinita, bien adobados. Los que colocábamos las bombas éramos, Cacho Jiménez; Antonio Caporalini; Gríngoli; el tano Mistreta que nos llevó en el coche y yo. Mistreta era de Entre Ríos y le tenía una bronca increíble a Urquiza, salimos de Villa Adelina y Cacho Jiménez que iba del lado de la ventana me dice, mire compañero allá una estatua, y yo pensé que era San Martín. No me dice, es Urquiza. Entonces le comento a Mistreta, compañero Felipe: "¿qué te pasa?", me dice; porque siempre se la agarraba conmigo que era el más chico y jodón, "¡mire quién está allá!", "¿y ese quien es?" me contesta; salta Gríngoli y le dice: "¡ese es Urquiza!" y el tano se volvió loco, "!hijo de puta! (una vez le cortó la mano a un chico porque le robó una mandarina en el Palacio San José)", y el viejo empezó a putear y ya se quería bajar a ponerle la bomba al monumento (risas). Entonces todos nos opusimos, no tano dejáte de embromar y nos matábamos de la risa. En ese tiempo, a mí me habían echado de la cooperativa del Ferrocarril y empecé a trabajar en el Mercado de Abasto para una empresa, descargaba la mercadería. La observación del lugar, siempre la hacían las compañeras, en la casa del juez, había todo el día 2 milicos de guardia, a eso de las 10 de la noche, salían del puesto, caminaban unos 50 metros para ambos lados de la casa y después se metían en una obra en construcción a comer un asadito y así eran todos los días. A la noche antes de entrar en mi trabajo, yo pasaba y miraba, la noche del hecho, veníamos con el vehículo despacito, no me acuerdo el nombre de la calle, parámos y espiámos a los canas hasta que se fueron para la obra. Yo me aposté atrás de un árbol con la ametralladora para cubrir a los muchachos de los canas. La casa era de tipo colonial, con 2 o 3 balconcitos a 2 metros del piso, en el del medio pusimos los caños. Caporalini ayudado por Cacho, se subió al balconcito y los prendió, serían como las 10: 30 ú 11 de la noche. Subimos al vehículo y nos fuimos, yo me fui para el trabajo a recibir la mercadería y llegué tarde. El encargado me dijo: "¿qué te pasó Pedrito?", "y perdí el tren", le digo, yo nunca faltaba al trabajo, nunca; cuando bajo el primer cajón escucho ¡Pum! ¡Pum! Las explosiones sacudieron todo. La gente que estaba trabajando gritaba: "¡que explosión!" y empezamos a oír las sirenas -¡un quilombazo!-, todos preguntaban: "¡qué había pasado?". Y como a la media hora vinieron unos patrulleros, creo de la 49 de Retiro, me acerco, porque siempre iban a buscar mercadería y le pregunté: "¡qué pasó?"; parece que le pusieron una bomba a un capo, me contestó uno. "¡No vieron nada raro?", "no, si estamos trabajando". A las cinco de la mañana salía el último camión al Mercado de Abasto, me subo y cuando pasamos por el lugar fuimos a ver. Habían puesto vallas, la cana nos gritaba: "¡fuera de acá!". Estos milicos no nos dieron bola, entonces agarré, tomé el 78 y me fui para Villa Adelina, porque me estaban esperando los vagos. "¿Y qué pasó?", me preguntaron apenas llegué, "¡no quedó nada!", les dije; "¡bien! ¡bien!", saltaban de contentos. Para mi la acción más cruda que nosotros hicimos, fue cuando volamos medio puente con el ferrocarril, esa acción salió en la tapa de la revista LIFE, que era como la revista GENTE, y también en O' Cruceiro. Resulta que entre 26 y Boulogne, hay varios puentes y les dije a los muchachos, primero a Cacho Jiménez, después a Caporalini y a lo último a Gríngoli, porque era muy celoso, era un tipo muy valiente pero también celoso de los demás. Les digo: "¿que te parece volar el puente con el tren carguero que trae 50 ó 60 vagones?. Lo volamos por la mitad para que no haya víctimas". Sabía los horarios de los trenes con mercadería, había uno que pasaba por el cruce 26 a la 1 de la mañana. El problema es que ya había mucha bronca y la policía te pasaba cada rato en la calle, te revisaban los paquetes, te pedía los documentos, etc. Como ven, pienso que la guerrilla que vino después era heredera de la Resistencia, tan es así, que mucha gente de la Resistencia se acercó a los muchachos para tirarles un piar. Cacho, que era el tipo más serio, le comunica a Gríngoli la idea: "¿qué te parece la idea? ¡que buena!". Fueron a observar el lugar, las cajas de explosivos estaban en Carapachay, y había que traerlas hasta Boulogne, el compañero Merino, que era colaborador, no estaba en la acción directa, pero siempre nos daba una mano, el tenía un pibe, Jorgito, de 10 años que lo ayudaba en el reparto de vino, con un forcito que hacía fletes, nos transportó los cajones. Esa noche colocamos los caños y los sincronizamos para cuando pasara el tren, cuando terminamos el trabajo, nos fuimos caminando y al ratito escuchamos ¡BOOOM!, un ruidazo impresionante. En la calle no había un alma, hacía un frío que te calaba los huesos, teníamos que caminar un montón de cuadras hasta Villa Adelina. Adelante iban Cacho y Caporalini y atrás quedábamos Gríngoli y yo, que íbamos retrasados porque cargábamos las armas. De repente vimos un cordón policial y a los muchachos de adelante los pararon. A nosotros nos hicieron señas para que nos acercáramos, pero ¡que mierda! empezamos a correr y la cana atrás nuestro (risas) corrimos no sé cuantos metros, estábamos con la lengua afuera, en una esquina, Gríngoli se parapeta detrás de una parecita y saca la pistola, yo salto atrás de él y en tan mala suerte que caí dentro de una zanja y me mojé hasta el cuello con esa agua podrida y helada, rápidamente me levanté, saque la ametralladora y empezamos a los tiros. Los milicos se fueron al carajo. Cerca de allí, teníamos un matrimonio amigo, y para ahí rumbeamos apurados. El matrimonio este nos contó que al oír la explosión y después los tiros se levantaron y la mujer dijo voy a poner la pava deben ser los muchachos, y seguro que van a venir para acá, y vos gauchito, así le decía al marido, sacale la llave a la puerta. En eso llegamos nosotros a las corridas ¡guau! y entramos como cohete. Yo todo mojado, recagado de frío, "¿qué pasó?" me preguntó la gorda, "Cacho y Antonio cayeron presos", le digo. Eran como las 4 de la mañana y nos pusimos a tomar café, mucho café, dejé todo en la casa de estos amigos, y a las 6 de la mañana me fui para mi casa, encima la ropa del gauchito que no me entraba, era más flaco que yo (risas), y hasta mi casa eran un montón de cuadras y no tenía un peso partido al medio, cortando camino serían unas 50 cuadras, más o menos, el gauchito y la señora salieron a "pispear" y nos avisaron, vayan que no pasa nada por acá. Llegué a casa como a las 7:30, mi vieja que era madrugadora, me preguntó: "¿qué te pasó?", porque estaba lleno de barro y con olor a podrido y le contesté: "y la zanja, me resbalé y me caí". "¿No fuiste al trabajo?", me preguntó otra vez; porque yo nunca faltaba al trabajo; "no, hoy no voy, me voy a bañar, alcánceme ropa para cambiarme". Terminé de bañarme y me quedé a tomar mate con mi mamá, después me fui a dormir, y le dije, "despiérteme a la hora de comer". Al mediodía me desperté solo; en la comida mi vieja me dice: "¿qué pasó con la explosión de anoche?", "no sé, en Campo de Mayo habrá sido", le dije, mientras seguí comiendo, haciéndome el otario. Mi mamá espera unos minutos y comenta, la explosión de anoche fue a un tren de pasajeros que le pusieron una bomba. Yo me quedé helado. Comí apurado y rajé para Villa Adelina, para saber que había pasado con los muchachos, aunque Gríngoli, me había dicho que no me preocupara que él se iba a hacer cargo. ¿Sabes quien fue el que los sacó? El pelado Batena que trabajaba en el correo, tenía un amigo diputado del Partido Intransigente ó Radical, López Mateo, no me acuerdo bien, fue y le dijo: "¡che! necesito una mano para unos amigos, mira pasó esto", los amigos salían de ver unas minas y los engancharon, etc. etc.; los sacó, como habían metido a mucha gente en cana que no tenían nada que ver con la explosión, estos se salvaron, aunque los cagaron a palos y los picanearon por las dudas. Yo me fui a ver al Dr. Fernando Torres, que vivía en San Fernando y él tenía el estudio con el Dr... este, no me acuerdo el apellido, era del partido comunista, porque Torres no estaba y me atendió él, era el Dr. Julio Biaggio, de la Liga de los Derechos del Hombre, buena gente, yo le conté la historia de las minas etc., etc. El me escuchó y no me dijo nada, tiempo después, en la cárcel cuando teníamos más confianza, me dijo: "¡vos te crees que no me di cuenta que habían sido ustedes los de la bomba en el ferrocarril? ¡lo que pasa es que eso no se pregunta!". A Baggio después le pusieron una bomba, y le destrozaron la casa, yo siempre estuve agradecido por como se portaron. ¿Vos sabes como hago para acordarme de los nombres? Los asocio con otra cosa, por ejemplo soy un tipo que le dan un número y los asocio con los números de la quiniela, ¡ta, ta, ta, ta! y se los números de memoria (risas). Cuando me llevaron a la cárcel de Magdalena, fueron a visitarme. Bueno ¿qué te decía? ¡ah! del tren, después me fui a Boulogne a preguntar en la estación, me confirmaron que habían volado un puente y un tren de pasajeros, ¡sin ningún herido! ¿qué había pasado? El tren de carga se había retrasado media hora, y entonces largaron el tren vacío para que viniera al lavadero de Boulogne, explotó la carga y el maquinista no hizo a tiempo de frenarlo, y cayó la máquina de 80 toneladas y todo el tren quedó "patas para arriba", tomaron fotos aéreas y los diarios titulaban: "Terrorismo en Argentina". Había guardado en casa, diarios y revistas del hecho, pero después mi hijo las tiro cuando se puso peligrosa la mano. Otro hecho fue otra que le pusimos al Contralmirante Pico, que era del servicio de Informaciones de la marina. Cuando le pusimos el caño a Patrón Laplacette, tengo una anécdota muy linda para que vean que tengo buen corazón, resulta que como era el primero que bajaba del coche e iba a mirar el lugar, en la entrada de la casa había un perrito chiquitito, lo tenia atado, cuando me vio empezó a mover la cola, volví al auto y le pedí al que manejaba: "¡Che! ¿No tenes una soga?", era el gordo Di Mauro, porque esa noche fuimos en el coche de él, me paso la soga, lo agarre al perrito, lo lleve atrás y lo até lejos para que se salvara, después cuando le conté a Cacho y a Antonio ¡se cagaron de risas! (risas), porque éramos muy compinches los tres. Después estos compañeros me taparon una que me mande, ¿se acuerdan que les conté de aquella bomba que no explotó por la mezcla?. Después Gringoli dijo: "a este hay que dejarlo, este trabajo no hay que hacerlo más". Yo le tenia una bronca bárbara al tipo, porque cuando fui a la mañana siguiente, se paseaba con la bomba en la mano y le gritaba a un viejito que tenia un kiosquito enfrente: "¡che! ¡estos son peronistas hijos de puta igual que vos! ¡no tienen habilidad para meter una bomba!". Estaba la policía, y había un montón de vecinos, yo pensé: "Ya me la vas a pagar hijo de puta" y me fui. Yo se lo dije a Gringoli, y no quería saber nada de volver, no había caso, no podía convencerlo. Pasaron casi 2 años y cuando asaltamos la cantera, en Mar del Plata, me robé un cajón de explosivos de 24 Kg., Cacho, Antonio y yo íbamos viajando atrás con los explosivos, y les dije: "¡Che! un cajón es para el barbita"; "barbita" le decíamos al hijo de puta; "¡bueno! ¡bueno!, me dijeron. Al asalto éste, había venido el compañero Merino, entonces en una parada, le hablo del tema, y me dice: "¡si!¡si! contá conmigo", entonces va y le dice a Gringoli: "¡petiso! cuando pasemos por mi casa, quédense a comer y después siguen viaje", todos lo apoyamos, "¡vamos! ¡vamos!". Merino manda al pibe, fuera de la vista de Gringoli, abre la puerta de atrás de la casa y por ahí entramos el cajón. Con ese cajón, arme la bomba, fui y se la puse, solito, con una bolsa marinera. Pero el tema fue que Gringoli se dio cuenta en la descarga, nosotros no fuimos a descargar, no sabíamos a donde llevaban los explosivos, viene Gringoli y nos dice: "falta un cajón", y nosotros le contestamos: "habremos contado mal, porque caer no se cayó en el viaje, además venían tapados con cajones de aceite, con botellas vacías. ¡Dale! ¡No te la vamos a robar para después venderla! Y sino, claro, se habrán equivocado al contarlas, los muchachos que fueron eran como veinte y alguno se había equivocado". Bueno, sigo contando, en Villa Concepción, teníamos una familia amiga, las 2 hijas del matrimonio, muy bonitas, colaboraron con nosotros y fueron varios días hasta lo del "barbita", a estudiar el lugar, ellos vivían cerca, ¡y le tenían una bronca!. El "barbita" tenía un negocio en la esquina. Merino con el carro, llevó el cajón hasta la casa de esta familia -Barreta se llamaban-, llegó y le dijo a la señora Marta, prepáreme una marinera, puse la carga, unos 23 Kg., un muchacho me prestó la bicicleta. Tenía que ponerla a las 10 de la noche, porque era la hora en que no pasaba gente de la fábrica, que estaba ahí nomás y no andaban cerca los dos policías de civil que cuidaban. Llego en la bicicleta me siento en el ventanal del negocio, prendo un cigarrillo y me pongo a leer una carta que traía, saco la mecha, las 2, que que terminaban en la cabecita del fósforo de cera y atábamos la cabecita a la mecha con un hilo y ¡Fuuu!, prendía. Cuando vi que ya no había nadie, lo prendí, conté mentalmente 1, 2, 3, 4, 5... No me acuerdo cuanto conté, pegué un salto en la bicicleta y ¡zas! salí disparando, al ratito ¡Booom!. Agarré por una calle de barro, ya sabía el caminito a mi casa, llegué, me bañé, comí y me fui a dormir. La señora Merino, la gorda que cocinaba como los dioses, me había dicho: "mira Marlon, si esta sale bien y no falla la otra, te voy a preparar la comida favorita tuya, ñoquis". Al otro día llego a la casa de la gorda, en Carapachai, me estaba esperando: "¿y?" me preguntó, y se reía, claro a la mañana temprano ya lo había mandado a Merino para ver y se había traído un pedazo de vidrio para mí, "¡y no quedó nada más!" viene Merino y me abraza, y digo: "de esto ni una palabra a Gríngoli". A eso de las 2, cuando terminamos de comer, le pido a Curi -la hija de Merino, la más chica: "me prestás la bicicleta?"; "No", me dice la nena, "¿para qué la querés?" (hacía poco que se la habían regalado). La mamá le dice: "¡prestale a Marlon, que es bueno y te trae caramelos, enseguida te la trae!". Pasé por lo del "barbita", estaba todo destruido, el estaba acongojado, abatido en la vereda del negocio (entre mí decía: "reíte ahora la reputísima madre que te parió"), estaba la gente amontonada no se cuanta plata perdió, había ido Radio Colonia, después presentó quiebra y se fue a la mierda del barrio. ¡Cuando se enteró Gríngoli! ¡no te imaginás el lío que se armó! Me encaró fiero: "¡fuiste vos!"; relacionó el cajón que le faltaba con la explosión, y ¡Pin! salí sorteado. Yo me negué, no fui, no fui, no fui y estuvimos en la cárcel, unos cuantos años juntos, y me preguntaba y yo: "¡no fui!" (risas) y se murió pensando ¡fue este hijo de puta! (risas). En la habitación de la hija mayor de Merino, arriba de un ropero había dejado una caja de zapatillas -las "boyeros"-, con explosivos, mezcla y detonantes, en depósito. La "Chiche" se llamaba la hija, voy y le pido la "zapatilla", se la tenía jurada a un busto de Sarmiento, enorme. ¡Vos sabes que esa explosión salió en todos los diarios?. Después al lugar fue el Ministro de Educación, una banda del ejército, estuvo todo el país repudiando el hecho, ¡ni me imagine que iba a salir tan bien el tiro!(risas). Bueno, cuando "Chiche" me da la "zapatilla", le pido otra vez la bicicleta a mi amigo, quien colaboraba con la resistencia, Carlos Alderete, llegué al lugar cuando ya era oscuro, y a 50 metros estaba la casita del sereno, que estaba tomando mate, yo me acerco al busto con la bicicleta y un ramo de flores, que en medio tenía atada la "zapatillas", saqué unas flores viejas que había y puse mi ramo, en tanto el viejo de la casillita me miraba, habrá pensado: "¡ Este pelotudo a esta hora viene a rendir homenaje!", y si era enemigo de Sarmiento más bronca me tendría, porque no sabía que yo coincidía con él, ¡qué se yo! ¡esta era una idea mía!(risas). Agarro las mezclas, para colmo le puse mecha corta, las prendo y salí al ratito ¡Pooom!, cuando lo escuche, me agarró risas pensando en el viejito que estaba tomando mate, ¿se habría tragado la bombilla?. Gríngoli otra vez me acusó a mí y yo: ¡qué no fui! ¡que no fui!; le preguntó a todos, hizo averiguaciones y nada. Yo le digo a los muchachos: díganle a Grígoli que ando medio triste, con bronca, porque siempre me acusa a mí. Después estuvimos en otra acción contra un milico que era "servicio" y estaba infiltrado en la junta del partido peronista. Cuando caigo preso en Mar del Plata ¡cobre como en la guerra! ¡me deformaron!, me llevan a la base y yo me reía, siempre fui un tipo frío. Mariano Vuelta, el compañero que era suboficial, dijo: "este es milico infiltrado ó es un loco". Me llevaron al casino de oficiales, primero me habían picaneado en la brigada de Mar del Plata a cargo del comisario Salcedo, yo le dije: "cuando salga voy a venir por vos, y si te moriste, voy a ir al cementerio y voy a quemar el cajón ¡hijo de puta!". ¡Yo no me hice cargo de nada! al último cuando me calenté, dije: "¡Sí, fui yo!". Con la picana me quemaron todo, estaba tan hinchado y quemado que no me podía estar en pie, ¡era un monstruo!. Me hicieron el Consejo de Guerra. Antes de llevarme estaban esperando que se me fueran las quemaduras, me llevaron al médico, ¡era más hijo de puta! Después me hacía recordar... ese!, me decía: "las quemaduras te hacen bien, te hacen circular mejor la sangre para todo lo que hiciste ¡te tendrían que haber matado no traerte al médico!". Pasa el tiempo, me traen a Buenos Aires, acá me encuentro al doctor Fernando Torres, lo habían detenido, me hacen un careo y me preguntan si lo conocía, yo les dije que no, y ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! me volvieron a dar, me llevaron al segundo piso, a Coordinación Federal, ahí seguí cobrando. "¡Hijo de puta ahora vas a hablar!" ¡Pum! ¡Pum! Me desvistieron y me obligaron a apoyar las manos en un armario de fierro que tenían; me largaron una descarga... ¡me quemó todo!, no me podía mover, me caí al piso, estuve tirado un tiempo, la boca toda seca al ratito me gritaban: "¡levantate y ponéte la ropa!". ¡Sabes que no podía! ¡los milicos me pusieron los calzoncillos al revés!, me llevaron a una oficinita y me encontré a mi viejo, que estaba sentado, el milico me dice: "¡mira hijo de puta, si no hablas lo vamos a matar a tu viejo!". ¡Sabes que le contesté?: "por mí, mátenlo pero yo no fui"; y eso es lo que me mortifica hoy y cada vez que me acuerdo me pongo a llorar. Lo que me da bronca, es que nunca fuimos reconocidos, no tuvimos ni una mención ¡nada!. En el único lugar que salimos fue en esa revista de Francia, y eso porque está el Vasco Azcurra, que para promocionarse nos necesitó mostrarnos a nosotros. Yo lo fui a ver, estuvimos presos, lo conozco de la cárcel le dije: "¿Che, Azcurra, vos que conoces gente ¡no podés tramitar una jubilación o una pensión para nosotros?. Nosotros ahora de viejitos, no tenemos laburo, ¡no tenemos nada!", y me contestó: "¿qué puedo hacer yo?". Agarré y me fui y así fueron todos, ningún dirigente iba a la casa de la familia del preso, los únicos dirigentes que conozco que se portaron bien, fue "Jorgito" Dipascuale, Framini, y el otro fue al que le mataron al pibe, ahhh! Ongaro, ¡fueron los únicos! Yo fui amigo y los recuerdo agradecidos, también de los chicos y de la esposa de Ongaro, de apellido Caruso, que en ese tiempo, cuando le mataron al pibe, vivían en los Polvorines. Los muchachos de aquel entonces, los que estuvieron en la lucha, se van muriendo, yo quedo porque era el más chico. Me acuerdo del "negro" Guzmán, de viejo andaba con dos palitos, ¡no tenía para comprarse un bastón!, nadie se acordó de él, ni para darle un geniol... ¡Vicente Petraca! otro gran compañero, en fin...
―¿En ese tiempo tuvo trato con las Fuerzas Armadas?
―Si más cuando caí preso. Pero antes, te voy a contar el relato que me acercó un íntimo amigo de la resistencia, que anduvo por muchos lados, a Vandor que era muy inteligente, venían a ofrecerle un golpe, pero era a condición de que salieran los metalúrgicos primero(risas), cada vez que venía un milico a verlo, cuando se iba Lorenzo Miguel preguntaba: "¿Le pusiste la banda?". Sí..., ¡y se fue contento!...(risas), lo ponía como presidente. Los militares lo único que hicieron fue demorar la lucha, alargarla, se hacían conspiradores cuando los habían retirado, esto que te voy a decir me lo contó el mismo amigo. Resulta que a Perón lo va a visitar un general retirado; Cándido López, creo que se llamaba, y le propone dar un golpe en la Argentina para volver al poder, Perón le dijo que no era posible, Bla, Bla, Bla, el segundo día lo visita y le propuso otra cosa, Perón también dijo que no era el momento, al tercer día va y le dice, vengo a ponerme a sus órdenes para que hagamos la revolución... y Perón le dice: "¡pucha! ¡que lástima ¡me hubiera venido a ver cuando usted era jefe de Campo de Mayo y lo podríamos haber hecho, pero ¿ahora?" (risas). ¡Claro, ahora era un cuatro de copas! Yo estuve preso con algunos militares, cuando hicieron un levantamiento en varios regimientos, enseguida los coparon, y fueron presos a Magdalena, que es una prisión militar, y nosotros íbamos de paso a la prisión militar porque ahí nos derivaban a institutos penales.
―¿Por qué los llevaban ahí?
―Porque éramos condenados por tribunales militares, por eso nos recibían aunque éramos civiles, y cada 2 ó 3 meses nos cambiaban de cárcel. Yo me hice amigo de un capitán, que era de La Pampa, Rossi de apellido, petisito, cascarrabias, peleador, yo siempre charlaba con el, pedía para ir al pabellón de oficiales presos, en Magdalena, son departamentos chiquititos, para hablar con el. Una vez Rossi me dijo con confianza: "Mira, Pedro, nunca se confíen en los militares, ¿vos te crees que éstos que están ahora presos conmigo se las aguantan? ¡se la pasan llorando! Ustedes son digno de la lucha, si algún día salgo, como peronista, y me quiero embarcar en algo ¡me voy con ustedes a poner bombas!". Y te digo que a Rossi casi lo fusilan en La Pampa, porque se metió en un levantamiento peronista, el levantamiento fracaso y a los suboficiales presos los iban a fusilar, y Rossi pidió permiso para dirigir el pelotón de fusilamiento, los subieron a un camión a los presos para matarlos lejos, ¡y Rossi se escapo junto con los presos en el camión! (risas), esa es la historia de Rossi. ¿Vos sabes que años después estuve en La Pampa y lo busqué por todos lados y no lo pude encontrar? Un militar digno, ese tipo... el jefe de todos ellos, era el General Miguel Ángel Iñiguez, y después estaba el coronel Escudé, el salteño. Un día estábamos en el patio de la cárcel, tenia varios patios, pero este tenia todo alambrado el perímetro y le habían plantado arbolitos, una mañana estaba tomando sol, sentado en el piso, hacia un frió, Escudé estaba parado cubierto con un sobretodo y como a mí me habían dado muchos años de condena, me dice el coronel Escudé: "Pedro ¿el día que se vaya en libertad, va a dejar un bosque grande acá ud.? ¿no?"; yo le dije: "y ud. no los va a dejar muy finos que se diga" (porque le habían dado como 20 años de condena) y se reía a carcajadas. Después fue interventor en Tucumán, no sé si del Gremio del Azúcar o de la Provincia, la cosa es que viaja hacia allí, Fernando Torres, el abogado, Escudé le preguntó por mí y me mando saludos, que sé de una vuelta por acá que va a ser bien recibido, (pero la verdad nunca mas lo vi). Los militares vieron que la cosa venía en serio, cuando fue lo de los "Uturuncos" en Tucumán, que era una experiencia para empezar la guerrilla, ¡Ahí está la mano! Nosotros siempre estábamos en acción, en ese entonces se organizaban huelgas todos los meses, y nosotros agarrábamos al Ferrocarril Belgrano y Mitre, y poníamos dos bombas acá y dos bombas allá, para cortar las vías, siempre manteníamos la unidad del grupo, Antonio Caporalini, el Tano Mistreta, Gríngoli, Cacho Jiménez y yo. A veces venia gente de Mar del Plata que era con la que teníamos contacto, las edades del grupo eran variadas, yo era el mas chico porque empecé a los 18, el Tano Mistreta ya era un hombre grande, tendría unos 50, Cacho en ese tiempo tendría 30 años... el hermano de Cacho también estuvo en la lucha pero lo mataron temprano, Alberto se llamaba "el finadito", trabajaba en el Tigre, y un día apareció ahogado y todo golpeado. Una vuelta, se hizo una reunión grande en San Fernando, y hacemos un planteo, porque la reunión era para tratar como recaudar plata para la resistencia, de la zona Norte, estaban casi todos, y entonces algunos proponían hacer festivales, que las mujeres hicieran empanadas, rifas, bailes, para juntar plata y comprar armas. Nosotros, los de Villa Adelina, estábamos juntos en un rincón, Cacho me preguntó: "¿qué te parece compañero?", y nos empezamos a reír, entonces levanté la mano y dije: "yo tengo una idea mejor para juntar plata, ¡tenemos que salir a afanar!". Casi me matan!!! (risas). Caporalini gritó: "¡déjenlo terminar de hablar!" Entonces me dirigí a Gringoli que era el que dirigía la reunión, nosotros no somos una Sociedad de Fomento, que va a rendir cuenta a los socios de cuánto recaudamos y qué armas compramos ¡porque vamos a ir todos presos!, se enojaron conmigo. Cuando nos íbamos, Cacho, Alberto, Antonio y yo a tomar el colectivo, los muchachos decían: "Marlon tiene razón". Alberto dice: "hace como dos o tres años trabajé en una forrajería en San Martín, es una manzana de grande, y la plata de la venta la depositan el día viernes, y yo se donde está toda la plata". Unos días después, fuimos, menos, Alberto, y asaltamos la forrajería y nos llevamos toda la guita. En la primera reunión, le dimos toda la plata: "¿y esta guita?", preguntaron, "¡la trajeron los reyes magos!", les contestamos. Cacho y Antonio se reían, yo le digo a Gringoli: "los fierros de los 'miguelitos' ¿no saben de donde los sacamos?", porque los fierros del 6 y del 8 para hacer 'miguelitos', los afanamos de las obras en construcción, Vos sabés que no me puedo acordar como se hacían, eran en forma de zeta, los clavos 'miguelitos' lo hacíamos en la casa de Juan Lindón, en Villa Adelina, aparte de ser pocero, Guillermo Lindón, tenia una fragua eléctrica porque hacían clavos para las obras, y una guillotina manual, nos juntamos los domingos y mientras las mujeres preparaban tortas fritas, ó mate, nosotros cortábamos en la guillotina los fierros cada 15 cm. Y en chanfle, uno ¡Pum!, dos ¡Pum! ; ¡Tac! ¡Tac! ¡Tac!, y después a la fragua, los agarrábamos con la terraja y le hacíamos ¡Tum! ¡Tum! Y hacíamos bolsas llenas, miles y miles de 'miguelitos' y con eso las poníamos en ciertos lugares de Buenos Aires, que de eso se encargaba Gringoli, que era el que tenia contactos. Los 'miguelitos' los usábamos en las huelgas, teníamos un plano, y una camioneta que usábamos que era la del "gauchito", la cargábamos hasta el tope, con bolsas de 'miguelitos', una noche no sé la cantidad que tiramos, miles, ¡y quedamos encerrados! ¡no podíamos salir! y pinchamos, ¡cómo puteamos esa noche! (risas). En Villa Adelina hacíamos todo, ¡sin un mango!, a pura imaginación popular. ¿Sabes como nos llamaban a nosotros? El grupo Campos, por el negro Campos, el secretario de Perón, cuando venía trayendo discos y cartas, pasaba por Villa Adelina y nos dejaba, pero nosotros con él, nada que ver, era el correo de Perón y nada más. Años después lo mataron a Itakazos, cuando era Intendente de San Martín. Una vez organizamos una "acción" en el Uruguay contra el locutor de radio Colonia, Ariel Delgado, que era un antiperonista rabioso, cruzamos el Río de la Plata, y quisimos saber el motivo, ¿sabes lo que nos dijeron? "Delgado es antiperonista pero pasa todo por la radio, hay que dejarlo..." A nosotros ni el besito de las buenas noches nos dieron, ni las gracias, al contrario nos trataron de sordos, comunistas, bolcheviques, leninistas, y no fue el pueblo el que nos tildó, fueron los de arriba, a nosotros se nos trató malísimamente, el único que le dieron una casita y un trabajo fue a Gringoli, los metalúrgicos. Un día vengo de La Pampa y había una movilización de los metalúrgicos en Congreso, me meto en la columna, y le pregunto a un muchacho: "¿dónde está la columna de Vicente López?", "allá" me dice; la ubico y quiero averiguar: "¿está Gringoli todavía?"; ¿sabes lo que me contestaron?... "¡Ese hijo de puta ya murió!"... Yo me quedé duro con la contestación, después me fui hasta el sindicato en Vicente López, y en un barcito donde paran los metalúrgicos me encontré a un compañero, Hugo "Peligro", él me mostró una plaqueta recordatoria de Gringoli que está a la entrada del Sindicato. "¿Y por qué cuenta eso?", "Para que vea como terminamos todos lo que luchamos, ¿Podemos esperar algo de los que están en el poder?". "Francamente", no lo creo. "¿Vio lo que está pasando en Santiago del Estero?". Una vez al más fiel de los gobernadores que tuvo Menem, el de La Pampa, un día le saltó un problema escandaloso, lo habían acusado de integrar una banda que robaba automotores de Vialidad, en Santiago del Estero. Entonces el gobernador se vino a Buenos Aires, pero antes declaró que era una persecución por ser peronista, (porque estos se lavan las manos así). Se tomó el avión de la gobernación, vino a entrevistarse con el presidente en Buenos Aires. El Presidente lo llamó al otro viejo delincuente de Santiago del Estero, y le comentó el tema. Después el gobernador viajo a Santiago del Estero, y volvió "limpito" a su provincia. Yo varias veces les grité allá en La Pampa: "¡che, decile al gobernador que necesito un par de ruedas para mi coche!", y me recagaban puteando. ¿Sabes las veces que me metieron preso allá en La Pampa?... Igual que un diputado pampeano que le dio a la madre una pensión de $90: "¡A LA MADRE!", y ese tipo se hizo un Chalet de medio millón de dólares; acá lo deschabaron porque viajó un canal de noticias a La Pampa, y el diputado les dijo: "siempre la contra habla y habla y dicen cosas que no son verdades, pero no se acuerdan que yo di 1800 pensiones para la gente humilde de La Pampa" (pero no las dio del bolsillo de él... risas). Después cuando cumplió 25 años de casado, hizo una comida, invitó a todos los capos, acá en la costanera y le salió ¡30 MIL DOLARES!. Y se defendió diciendo: "esto se lo debía a mi señora desde que me casé, porque mi señora es muy peronista, igual que yo (éstos siempre ponen a Perón y Evita adelante), porque cuando me casé no tenía ni para el puchero y ahora que puedo le hice esta 'fiestita'" (risas). Yo cuando los cruzo le grito en la cara: "¡nosotros no peleamos para que estén ustedes!"
―¿Recuerda como era la confección de los caños?
―Si, todo era de fabricación artesanal. Nosotros usábamos caños gruesos, otros grupos usaban caños de 1 ½ pulgada. Cerrados con niplex, nosotros los hacíamos del tamaño, según el cliente. Juan Lindón soldaba los caños, con una tapa arriba agujereada. Primero se la llenaba de gelinita, después le ponía la tapa y la soldaba. No hay ningún peligro, menos la pólvora, cualquier tipo de explosivo, podes martillar, golpear, prenderle fuego, no pasa nada. Por el agujerito hay que meter el detonante con la mecha, acá tuvimos muchos problemas, porque de explosivos cuando empezamos ninguno sabía nada. Y resulta que había mechas lentas y rápidas. En una acción donde usamos mechas rápidas me salve de milagro. A partir de ese accidente siempre usamos mechas de encendido lento. Sé que los primeros envíos a la Resistencia de detonantes se recibían de los hermanos Sapag, de Neuquén, que tenían canteras, y los mandaban a Buenos Aires en camiones en cajones de manzana. Nunca compramos nada, porque los que van a comprar siempre quedan registrados, si no te los regalaban los robábamos.
―¿El grupo tenia alguna orgánica?
―Era como te comentaba, todos nos conocíamos del barrio, entonces los mensajes circulaban rápido. Hay una reunión a tal lugar a tal hora, y el grupo concurría. Los puntos de reunión casi siempre eran en casa de la familia Bustos, en la de Lindon, ó en la casa de Merino en Carapachay. Por lo general de noche, y a eso de las 22:00 u 23:00, salíamos a la acción. La acción previamente ya había sido estudiada y decidida, decíamos: "mañana tenemos que estar en tal parte", y no había obligación de ir; si yo no me animaba, por ejemplo, sabía que los muchachos no iban a obligarme, no tenía ánimo y listo. A veces, ocurrían indisciplinas, discusiones de tareas que no se hacían o se hacían al revés de cómo se tendrían que haber hecho, muchas veces no con mala intención, sino porque se actuaba con la emoción del momento, por ejemplo vos llevabas un caño para entregar a otro compañero que lo estaba esperando para una acción y esa noche se te cruzó otro objetivo, te olvidabas de hacer el correo y se la ponías a ese. A veces, salíamos a la noche, con 4 o 5 caños, sin tanto estudio, para acciones "chicas", te quiero decir que también se improvisaba sobre la marcha. Había una reunión en Villa Adelina, yo iba caminando para allá, era la casa de un oficial de Aeronáutica, cuando me ve llegar, el tipo sale de su casa y me dice: "a vos que te gusta la joda, andá, no te hagás problema, que después te vamos a comunicar lo que hablemos", "bueno", le dije, "me voy a jugar el billar". Cuando me estaba yendo, me cruzo con Alberto Jiménez, que iba para la reunión, le conté y nos fuimos juntos para el billar. Serían la 1 ó las 2 de la mañana en el bar, y entra un tipo con traje, y le comenta al mozo: "acá cerca hay un operativo policial, con carros de asalto, la infantería... un montón de milicos". Nos miramos con Alberto, y dijimos: "¡Zas! en la casa donde se hacían la reunión". Cayeron todos en cana, Cacho y Gríngoli fueron a parar a Caseros, donde se hicieron amigos de Cooke, estuvieron 3 ó 6 meses adentro. Yo los fui a visitar, Gríngoli y Cacho me dicen que el que los había delatado, era el oficial de Aeronáutica, que al otro día de la detención lo habían dejado salir. Nosotros fuimos para Villa Rosa, Don Bustos tenía un ranchito y nos ocultamos un par de semanas, la mujer nos llevaba la comida, cuando vimos que no pasaba nada, salimos, y nos juramentamos: "¡a éste hay que hacerlo cagar!". Unos días después, un día de frío, a eso de las siete de la tarde, no había ni un alma en la calle, no pusimos a la par, lo empujamos y ¡pum! se la pusimos, el tipo gritaba: "¡NO, NO! ¡AY! ¡AY! ¡AY!" y no separamos. Al otro día se borró del barrio, nunca más lo vimos, ni supimos mas de él.
―¿Tuvieron algun tipo de formación militar?
―No, todo lo aprendimos sobre la marcha, inclusive sin manejo de tecnología ó chirimbolos raros, todo era casero, usando y adaptando cosas, sin gastar un mango, a todo se le buscaba la vuelta. En la fábrica de SEVEN UP, antes estaba en Vicente López, cerca del hospital, todos los fin de año envasaba la sidra para el gobierno peronista con la etiqueta de Perón y Evita. Después del golpe, entrámos y nos robamos cualquier cantidad de etiquetas que estaban en blanco, las escribíamos ¡y panfleteabamos por todos lados! (risas).
―¿Cuándo cae preso por primera vez?
―En el 60, cuando ya estaba el plan Conintes, la cárcel hizo que mucha gente se desvinculara de la Resistencia, es una experiencia muy dura. Yo estuve en cana 3 años, del 60 al 63, cuando Illia ganó como presidente, nos sorprendió, lo mandó a Perette, que era el Vice-presidente, a decirnos a nosotros que estábamos presos en el Chaco: "vengo a traerles un mensaje del Dr. Illia, lo primero que va a firmar apenas jure, es la libertad, la amnistía para todos ustedes".
―¿Había alguna organización para ayudar a los presos?
―Nada que ver, aunque allá en el Chaco la gente se portó muy bien, nos iban a visitar, nos llevaban algunas cosas, fue la gente que mejor se portó con nosotros, allá podíamos juntarnos a tomar mate con los compañeros, totalmente distinto a Magdalena ó a Tierra del Fuego.
―¿Tampoco había alguna organización para ayudar a la familia del preso?
―En esos años nace una organización. Comité de familiares de detenidos (Co.Fa.De.), pero era pequeña; Comisiones de Derechos Humanos no existían todavía. Me acuerdo del Dr. Julio Biaggio y la liga por los Derechos del Hombre, que viajaron a la cárcel de Tierra del Fuego para ver cómo estaban los detenidos, también junto con algunos diputados fueron a Tierra del Fuego a vernos y armaron un "quilombazo". Además visitaron la cárcel de Viedma cuando se hizo una huelga de hambre de los detenido políticos, esto ocurrió en el gobierno de Guido, por 1962, tengo un buen recuerdo de este Perette, fue muy buen tipo, siempre que pudo nos dio una mano, vivía en un hotel, por la Av. Callao. En Viedma, sé que estaban la mayoría de los muchachos de Mar del Plata, Mariano, Menéndez, menos Centeno que estaba en Rawson, en Viedma también Oscar Digracia, Babi Molina del grupo de La Plata. Una vez se casó en la cárcel un amigo, le decíamos "Quito", se casó con una chica que se llamaba Marta Fernández, era abogada y de la Democracia Cristiana, visitaba la cárcel con una cruz colgada al cuello mas grande que la que usa Carrió (risas). Fue mucha gente para el casamiento, los casó el padre Moya.
En el 57, Perón ordena votar por el candidato de la UCRI, Frondizi. Cuando se conocen los resultados finales, le preguntan: "¿ud. qué opina general de los miles y miles de votos en blanco a pesar de su orden?", ¿sabés que contestó?, "¡Esos son más peronistas que yo!". Por eso, yo agarre mi bastón de mando, porque soy peronista y así voy a morir".
Sergio Scalise

Kirchner saludó al Movimiento Evita

por Alejandro Rusconi

9 de Julio, Buenos Aires (Agencia Paco Urondo, publicado por cuartaseccion.com.ar) El ex presidente de la Nación y actual titular del Partido Justicialista nacional, Néstor Kirchner, le solicitó al secretario general del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, que le trasmita un fraternal saludo de fin de año a los militantes del Evita, en reconocimiento por el aporte realizado en defensa y difusión de las políticas encaradas por el gobierno nacional de la compañera Cristina Fernández.

Kirchner se comunicó telefónicamente en la tarde de hoy con el flamante subsecretario de Comercialización de la Economía Social, del Ministerio de Desarrollo Social, saludándolo por las tradicionales fiestas de fin y comienzo de año y le pidió que hiciera extensivo el saludo a los militantes de la agrupación que conduce.

El ex presidente también le manifestó que "es necesario redoblar los esfuerzos militantes" para que en las elecciones legislativas de 2009 "reventemos las urnas y podamos continuar con el camino de transformaciones que iniciamos en 2003".

miércoles, 14 de enero de 2009

El Mimeografo

Con El Mimeografo iniciamos una Nueva Etapa

Cuando un sueño es de muchos y se sueña juntos... es REALIDAD...

Este 14º de Enero de 2008, iniciamos con El Mimeografo una nueva etapa, acelerando las comunicaciones interactivas a partir de este sistema.
Desde La Pampa, trabajando en la comunicación, consecuentes con nuestros principios generadores: profundizando el compromiso con la Nación, la Patria Grande, Suramérica.
Es nuestro objetivo crecer permanentemente en número de miembros que desarrollen su espiritu critico a partir de la información, que se generen nuevos grupos de debate y creación que nos permita modificar la realidad.
La comunicación que pretendemos cubre un amplio espectro: desde los informes escritos y sonoros de nuestra provincia, pasando por todos los temas Nacionales, acompañando los procesos ejemplares de Nuestra Suramérica.
Estamos aquí, para que juntos, todas las organizaciones sociales, especialmente las de los trabajadores, continuemos el camino de la construcción a través de los medios alternativos, los propios, los nuestros, con los que contribuiremos a hacer nuestra propia historia.

martes, 13 de enero de 2009

La Argentina del deseo

Por Orlando Barone
La Argentina que viene tiene ganas. Reutemann quiere ser candidato, señal de que ya no ve nada negro allá atrás, que lo haga desistir como hace seis años. Conociendo las precauciones que él toma antes de decidirse, es un síntoma de que ya no hay riesgos. ¡Bravo por Reutemann! Si quiere volver es porque ve el campo orégano. O soja. Otro indicio a favor es que Diciembre, que según la nueva adivinadora Casandra, iba ser el mes del colapso, pero transcurrió diáfano. En la mitología griega Casandra fue condenada por los dioses a pronosticar desastres que nunca se cumplían. Ojalá los siga pronosticando así nos trae suerte. Sobran aspirantes a ocupar el Gobierno: es que reemplazar a esta gestión es una gracia comparado a cómo dejaron el país las anteriores. Amanece el año con ofertas para autos cero kilómetro: un dato evolutivo si se compara con los subsidios de emergencia que se repartían antes para comida. Los funcionarios y políticos pueden ir tranquilamente a la playa, y hasta se pase an en short por las sombrillas. Todavía no llegaron a ídolos pero ya no son kelpers que debían esconderse tras el mostrador de una confitería. Algún mérito debe atribuirse a este Gobierno. Los ruralistas rezongan como hace más de un siglo; y como seguirán rezongando hasta que el campo exista. El rezongo es eterno como la renta. La Presidenta viaja y viaja. Si en todas partes la reciben es que la Argentina no se quedó afuera del mundo. Y si puede irse y volver es señal del que ausente o presente, el país queda intacto en su sitio. El zodíaco nos protege. Funcionan todos los radares. No se fundió el Banco Central y no se les rebajó el sueldo a los jubilados. Sigue habiendo luz, agua y nafta. Cuanto más gritan que no va a haber, más sobra. Sigan anunciando desgracias porque se asustan y no vienen. Los Juicios a los militares del Proceso no le hacen mal a nadie, salvo a los merecedores. Este Gobierno hegemónico y tiránico, se da el lujo de tener un vicepresidente opositor que corre maratones, baila en los festivales de flolklore y exhibe su antagonismo sin quitarse la alianza del dedo. Algunos lamentarán que no hubo hiperinflación, por más deseos que pusieron. Sigan deseando que cuanto más deseen más fallan. Otros se lamentarán que la valija no les dio resultado. No pierdan las esperanzas. En una de esas encuentran a la Presidenta con una Vuitton cargada de efedrina en cápsulas de oro y con un grabador con la voz del marido dándole órdenes. O a lo mejor descubren a la ministra Ocaña y a su amante stripper en luna de miel pagada por el Estado. O por ahí una abuela de Plaza de Mayo cae en un “bingo” jugándose la plata de los nietos. Pero si lo peor de la crisis es que falten monedas, será un año fantástico. Cuanto más excesivos los títulos de las noticias, más pequeñas serán las situaciones.
-

Una mirada al sesgo

El peor analfabeto es el analfabeto político

No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.

No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.

El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.

No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.
Bertold Bretch


Por Sergio De Matteo
Lo político (y lo sociocultural)
El proceso a partir del cual se construye el imaginario de una nación o de un pueblo es un espacio de lucha por la hegemonía. Por eso en la memoria colectiva permanecen los héroes, los mártires y los traidores. Aunque el término acuñado por Gramsci se refracta en el campo político, también se hace extensivo al campo intelectual, es decir, se piensa a cada uno de esos campos de modo integral e interrelacionados, siempre en proceso; por lo tanto el Poder será legitimado o refutado por el electorado.
Ciertas claves de las marchas del verano pasado componen dicho aprendizaje: ante una acción estatal (negativa) habría una reacción societaria. Sin embargo, nada se encuentra desvinculado en la comunidad, por ende, los aparatos ideológicos del Estado cruzan por el cuerpo social e individual con su biopolítica. Y lo sucedido demuestra que cuando el interés de algunos pocos repercute en el derecho de todos, esos "todos", esa multitud, se moviliza.
Quizá uno de los matices más extremos en la compulsa política sea la representación del fascismo; el cual acrecienta su peligrosidad cuando existen votantes dispuestos a convalidarlo en las urnas. Boaventura de Souza lo califica de "fascismo societario" (o sea, la introyección en varias capas sociales de una mentalidad fascista), y Santa Rosa no se halla exenta del mismo; incluso el partido hegemónico está conducido por un delator de la dictadura, o peor todavía, los partidos progresistas argentinos (y pampeanos) se han aliado para conformar ―junto a las corporaciones más retrógradas de la Nación― la nueva derecha.

Lo económico (y lo sociopolítico)
Es importante recordar junto a Foucault que "la descripción espacializante de los hechos del discurso desemboca en el análisis de los efectos de poder que están ligados a ellos". Estos efectos de poder se representan a partir de relaciones. En tal sentido no sería desacertado confrontar dos posiciones de comportamiento y compromiso ciudadano en nuestro país; pues, actualmente, una clase que acaparó su mayor renta con las "recetas" del FMI sacrificaría hasta la democracia en defensa de sus ganancias económicas. Por eso la virulenta oposición a los cambios estructurales propuestos por el Estado de un gobierno nacional y popular, que articula sus acciones con yerros y aciertos.
En el blog del Foro de Trabajadores de la Cultura se puede cotejar una opinión respecto a la disputa entre el Gobierno y el mal llamado "campo", en donde extraoficialmente se deslinda el pronunciamiento del Foro y de la APE porque la confrontación pertenecía a otra esfera y era un asunto de superestructuras. El escritor Armando Inchaurraga cuestiona el involucramiento de la asociación en las manifestaciones callejeras y el respaldo explícito a uno de los candidatos, desautorizado, decide renunciar, encima por plantear el desacuerdo se toma su figura como enemiga; también se objeta que el dibujante Sergio Ibaceta ―activo participante del Foro― se enliste en un armado político ajeno al que imponía la agenda anti Tierno, cuando se debatía sobre la libertad y el respeto hacia los individuos que habían sido violentados por éste y, además, se realizaban elecciones libres y democráticas. Como se señala en la compulsa, debería reponerse el poema de Bertold Bretch donde se habla del analfabeto político, para sopesar la ambigüedad y la apatía hacia la política, y no sólo mirar el ombligo local. Porque como aseveró la crítica literaria Josefina Ludmer, en la masa global no hay un "afuera"; y en tal coyuntura se libra una lucha en todos los campos de producción, tanto en lo económico, político como cultural.
Recuérdese que la dictadura fracturó el campo popular y eliminó a sus mejores cuadros políticos; la política educativa del capitalismo tardío fue construyendo su maquinaria imperialista sobre la promesa del ascenso social. El resultado es que la mayoría quedó fuera del "american way of life". ¿Falencias de formación o es que todavía adolecemos en el siglo XXI lo que denunciara Rodolfo Kusch: el miedo de ser nosotros mismos? Es decir, el medio pelo argentino en el conflicto agropecuario hizo una lectura errónea de la realidad y se posicionó junto a sus explotadores; olvidándose de quienes terminaron de sepultar parte de su bienestar en la década infame del menemismo y la debacle del 2001. Diría Jauretche que otra vez nos condicionó ―o mucho peor― venció la pedagogía colonialista; ahora con la ayuda de los comunicadores sociales que responden a las directivas de los multimedios transnacionales.

Lo sociocultural (y, desde ya, lo político)
El activista palestino Edward Said señalaba que "la cultura es un campo de batalla"; por lo que la escuela juega un papel importante en ese escenario, pensándola como el lugar en que las diversas clases se educan y, además, identifican a sí mismas en el entramado social. Entonces hablar de estos temas es hablar de política: un territorio de conflicto y de pujas, en donde las clases dirimen sus espacios de poder. En el esquema actual existe un sector que no está dispuesto a ceder su posición de privilegio en la comunidad: con sus barrios, escuelas y universidades privadas; por lo tanto operan, por un instinto de supervivencia, en desmedro de los que se hallan debajo de la pirámide social.
En el desarrollo de esta coyuntura anida otro poder, que intercede, divulga e influye sobre la opinión pública; los mass medias se proyectan hacia los vecinos bajo la tutela y responsabilidad de los periodistas. En el 2008 les cupo más acción que nunca; pues sus notas incidieron en la lectura de las múltiples crisis que se padecieron.
En nuestra ciudad, después de la conciliación de un contrato social tolerante e inclusivo, se siguen sustentando artefactos de información tan o más violentos que las acciones directas del intendente depuesto, porque insuflan una semántica agresiva de y hacia la sociedad. Se agrava todavía más porque en sus publicaciones muchos no firman sus escritos, haciendo de la delación anónima un oficio ―tal cual en el Proceso―; en fin, avalan metodologías similares que quebrantan el socius como aquella vieja intelligentsia. El "fascismo societario" se incuba también en esta contemporización con la violencia, junto al abuso policial, la ignominia política, la ineficacia judicial, la información tergiversada y malintencionada. En consecuencia, cierta práctica periodística que hostiga, critica y parodia toda toma de posición, acepta editoriales que se contraponen a su ideología y se llama a silencio porque afectaría la cuenta bancaria de los patrones de su fuente salarial.
En consecuencia, se debe discrepar y contraatacar al conformismo que aceptó sin muchas luces el afianzamiento del denominado "fin de la historia", y que ―a grandes rasgos― procuraba en el momento de su mayor auge vaciar de "contenido y acción" a nuestra "historia". Su objetivo era desplazar hacia la periferia a los militantes sociales, políticos, religiosos (los que pregonaban la teología de la liberación), socavando la reflexión y la convivencia multicultural, para imponer un posmodernismo egoísta, hedónico y ultra-individualista, ajeno a la solidaridad sudamericana. Con ese avance estratégico pretendían sujetar a los "sujetos" en los resabios territoriales desterritorializados del viejo imperialismo.
El neofascismo sobrevuela el mundo y, justamente, encuentra caldo de cultivo en aquellos distritos en que la elite no tiene intenciones de ceder parte del capital que conquistaron ―explotando a los trabajadores― bajo la impronta neoliberal. Muchos nombres de esas formaciones constituyen la fundación ―y fundición― de la patria y, también, son los que impulsaron la importación de las teorías colonialistas y han condicionado siempre, para su propio beneficio, el funcionamiento de las instituciones del país.
Mirar al sesgo es tratar de interpretar qué pasa en nuestra aldea pero sin perder de perspectiva lo que sucede en otros lados. Es un ejercicio de pensamiento que estimule la discusión seria para que surja el paradigma que identifique a esta generación y su propuesta se superponga al "puterío chabacano" que prolifera cotidianamente.
Hoy el mundo se encuentra convulsionado por otra guerra preventiva, por otra acción de los profetas del odio y del interés capitalista; pues el estado fascista y genocida de Israel inició acciones armadas con mayor virulencia. Hasta el filósofo León Rozitchner denuncia a sus dirigentes como neoliberales y cristianizados en el artículo "Plomo fundido sobre la conciencia judía" (Página 12, 4/1/09). Se observa con perplejidad otra masacre contra los árabes que, a fuerza de violencia y con la avenencia esta vez de más del 70% del pueblo judío, ha ido vapuleando la región desde 1948 para ensanchar sus propias fronteras. De la opresión y asesinato nació la 1° Intifada (levantar la cabeza) para combatir la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel; y se han repetido periódicamente, así como los ataques mutuos entre árabes y sionistas.
Como hombre libre me solidarizo con el pueblo palestino. A modo de cierre transcribo consignas de las manifestaciones europeas: "Todos somos palestinos"; "Sionistas, fascistas, son ustedes los terroristas"; "Basta de matanzas. Sanciones contra Israel"; "Niños de Gaza, niños de Palestina, es la humanidad a la que se asesina"; "Niños de Gaza, perdónennos".
-
Publicada en suplemento cultural "Kresta", del diario El Diario, 8 de enero de 2009.