El diputado nacional Juan Carlos Dante Gullo presentó un Proyecto de Resolución para "Expresar su más categórico rechazo al comportamiento asumido por la diputada electa Elisa Carrió, a la sazón líder de la Coalición Cívica, quien sin fundamento alguno y sin recurrir a las vías institucionales internas, con motivo de su inconfesado conocimiento de la falacia de sus afirmaciones, procedió a denunciar ante un conjunto de embajadas con sede en nuestro país la presunta existencia de un clima de violencia institucional, a todas luces irreal".
El Proyecto, que también lleva las firmas de los diputados Agustín Rossi, Carlos Kunkel, Luis Cigogna, Mariano West, Remo Carlotto, Claudia Bernazza, Ariel Pasini y Hugo Perié, entre otros, manifiesta que "los augurios apocalípticos de la dirigente señalada evidencian una alarmante disociación con la realidad material del proceso político que transita la República Argentina en el que se destaca el funcionamiento armónico de los poderes del Estado de Derecho".
El documento también señala que "su visión conspirativa y fundamentalista, imbuida de condimentos místicos y alejada de todo fundamento racional, traducen una concepción reñida con la estabilidad democrática y con los intereses del pueblo". Asimismo, se destaca “que la actitud de pretender equiparar el actual momento de normalidad institucional y democrática de la Argentina con épocas nefastas en las cuales la ausencia de canales internos de participación y denuncia imponían –embajadas mediante- la recurrencia a otros Estados de Derecho, en los que las mismas fueran acogidas y difundidas, no solo constituye un accionar disociado de nuestra realidad y reñido con la defensa de los intereses nacionales, sino también una posición de subordinación política e intelectual que oportunamente fuera fulminada por pensadores de la corriente nacional y popular como la expresión de la 'colonización pedagógica' que postró a nuestro país en aras de intereses foráneos a cuya dominación sometieron".
Finalmente, el Proyecto señala que "actitudes como las aludidas, ofenden a la madurez política del pueblo argentino, y apuntan a sembrar inquietud y preocupación en base a circunstancias inexistentes, que solo alimentan la imaginación febril de quien las propala y exhiben un nivel de irresponsabilidad política y social compatible con el comportamiento que traducen las alianzas de la dirigente implicada con los sectores de poder económico más concentrado de nuestro país, que se resisten a la redistribución de la riqueza, con inclusión social, que propone y lleva a cabo el gobierno nacional".
A continuación, el texto completo del Proyecto de Resolución presentado en el Congreso de la Nación:
PROYECTO DE RESOLUCION
LA H. CAMARA DE DIPUTADOS DE LA NACION,
RESUELVE:
1)Expresar su más categórico rechazo al comportamiento asumido por la diputada electa ELISA CARRIO, a la sazón líder de la Coalición Cívica, quien sin fundamento alguno y sin recurrir a las vías institucionales internas, con motivo de su inconfesado conocimiento de la falacia de sus afirmaciones, procedió a denunciar ante un conjunto de embajadas con sede en nuestro país, incluyendo las de países americanos y también europeos, la presunta existencia de un clima de violencia institucional –a todas luces irreal-, que según su particular criterio estaría comprometiendo la vigencia efectiva de la democracia representativa en nuestro país.
2)Manifestar que los augurios apocalípticos de la dirigente señalada, que ya constituyen un denominador común de su estilo político a partir de la convicción de que cada día concita menor respaldo popular, no solo evidencian una alarmante disociación entre la realidad material del proceso político que transita la República Argentina, -en el que se destaca el funcionamiento armónico de los poderes del Estado de Derecho, con crecimiento económico e inclusión social-, y su visión conspirativa y fundamentalista, carente de razonabilidad, imbuida de condimentos místicos, y alejada de todo fundamento racional, sino que también traducen una concepción reñida con la estabilidad democrática y con los intereses del pueblo y de la Nación a los que dice querer preservar.
3)Destacar que la actitud de pretender equiparar el actual momento de normalidad institucional y democrática de la Argentina con épocas nefastas en las cuales la ausencia de canales internos de participación y denuncia imponían –embajadas mediante- la recurrencia a otros Estados de Derecho, en los que las mismas fueran acogidas y difundidas, no solo constituye un accionar disociado de nuestra realidad y reñido con la defensa de los intereses nacionales, sino también una posición de subordinación política e intelectual que oportunamente fuera fulminada por pensadores de la corriente nacional y popular como la expresión de la 'colonización pedagógica' que postró a nuestro país en aras de intereses foráneos a cuya dominación sometieron.
4)Reiterar que actitudes como las aludidas, ofenden a la madurez política del pueblo argentino, y apuntan a sembrar inquietud y preocupación en base a circunstancias inexistentes, que solo alimentan la imaginación febril de quien las propala y exhiben un nivel de irresponsabilidad política y social compatible con el comportamiento que traducen las alianzas de la dirigente implicada con los sectores de poder económico más concentrado de nuestro país, que se resisten a la redistribución de la riqueza, con inclusión social, que propone y lleva a cabo el gobierno nacional.
FUNDAMENTOS
Sr. Presidente:
La condición de dirigente político de una democracia joven como la de nuestro país, y muchas de Latinoamérica, que han atravesado tormentosos procesos de violaciones masivas y sistemáticas de los derechos humanos, y con ello inestabilidad institucional y económica, con elevadísimos grados de exclusión social, y en las cuales los factores de poder, fundamentalmente económicos, defensores de los privilegios que los han enriquecido históricamente, y que constituyen un polo de resistencia a los procesos de cambio que proponen crecimiento, con resdistribución equitativa de la riqueza e inclusión social, se encuentran al acecho con inconfesadas intenciones destituyentes, imponen un obrar prudente y responsable que contribuya al afianzamiento y profundización de un sistema democrático cuyo futuro pretende ser amenazado por aquellos grupos.
En tal contexto, la actitud desorbitada y apocalíptica de la diputada electa ELISA CARRIO, poco aporta a la tranquilidad social y a los fines estabilizadores ya referidos.
Quien luego del comienzo de una carrera política promisoria en la que parecía defender los intereses de las mayorías en aras de un país más justo y solidario –baste recordar su alianza inicial con el fallecido maestro y ex diputado socialista Alfredo Bravo al fundar el ARI-, se ha ido volcando progresivamente, y últimamente en forma desembozada, a la defensa de los sectores minoritarios del privilegio – representantes rurales de los grandes latifundios y 'pools' de siembra, empresas multimediáticas monopólicas, oligopólicas y/o dominantes-, y ha sufrido la expulsión de uno de los organismos de derechos humanos más antiguos de la Argentina- la APDH- con motivo de su posición común con los represores juzgados por apropiación de menores, con sustitución de identidad, contraria a las pruebas de ADN para garantizar el derecho a la identidad de las víctimas y el derecho a la verdad de toda la sociedad, pareciera hoy tener un crescendo en su comportamiento claramente antidemocrático, inversamente proporcional al apoyo popular que ha ido perdiendo progresivamente en los actos eleccionarios llevados a cabo en nuestro país.
Pareciera que su trabajoso reingreso en esta Cámara derivado de una votación escuálida que parecía dejarla afuera del Parlamento, sumado al progresivo avance del gobierno nacional en políticas redistributivas con inclusión social, con crecimiento, y consecuente enfrentamiento con los grupos de poder económico más concentrado, la han llevado a la convicción de que su único futuro no se hallará ya ligado a la voluntad popular –al que irremediablemente ve alejarse a su respecto-, sino al afianzamiento de sus alianzas con los sectores más retardatarios enfrentados al proyecto oficial de contenido nacional y popular que hoy conduce los destinos de nuestro país.
Y en esa estrategia fundamentalmente antidemocrática y de sesgos destituyentes -a contramano de sus declaraciones en sentido inverso-, Carrió ha potenciado un comportamiento desarrollado en forma progresiva y creciente a lo largo de su carrera política: La denuncia infundada y falaz, adornada de proyecciones apocalípticas y nutrida de aditamentos místicos, que la colocan en el lugar de presunta iluminada que puede anticipar, en todos los casos, los peores destinos para nuestro país y el sistema democrático.
El último despropósito obrado en tal sentido, quedó reflejado en el documento que como líder de la Coalición Cívica redactó a principios de Noviembre de 2009, y del que los medios gráficos dieran noticia a partir del 3 del mismo mes y año.
Lo hizo a través de una carta enviada a las embajadas de Estados Unidos, de países de Europa y América Latina.
Según información proporcionada por la Agencia DYN, la carta que Elisa Carrió le enviara a las embajadas de Estados Unidos, los países de América latina y de Europa denuncia una "inusitada escalada de violencia", que la dirigente opositora atribuye al gobierno nacional, y asegura que la "oposición tiene una pesada responsabilidad: la de ayudar a la Presidenta a terminar su mandato".
Como consecuencia de esta situación, "se está comprometiendo en la Argentina la vigencia efectiva de la democracia representativa", según indica el escrito aludido.
Los principales fragmentos del texto, según la fuente reseñada, y que fuera enviado a las embajadas de Brasil, Uruguay, Chile, Bolivia, Perú, México, Canadá, Estados Unidos, Unión Europea, España, Italia y Francia, como así también puesto a consideración de otras fuerzas de la oposición, dicen lo siguiente:
* "La Argentina sufre una inusitada escalada de violencia que tuvo un inicio verbal pero que recientemente ha acentuado aspectos alarmantes de violencia física. Aquella viene siendo incentivada desde hace varios años por una prédica oficial reñida con la convivencia armoniosa básica para la vida democrática ya que potencia los elementos conflictivos existentes y genera nuevos frentes de confrontación donde no los había".
* "…Creemos que se hallan seriamente comprometidas las instituciones democráticas y republicanas. La 'afectio societatis', la unión del sistema interamericano se sustenta en gobiernos constitucionales y en el respeto de los derechos humanos". * "El caso extremo reciente de Honduras es prueba de que el sistema no tolera la vulneración de ambos principios".
* "Una simple enumeración de la situación real de los tres poderes del Estado, muestra la degradación de las instituciones en los últimos seis años. En los hechos se da una situación anómala, dado que quien toma las determinaciones y realmente ejerce el poder, no ha sido elegido para ejercer esas funciones. Esto socava la legitimidad del Ejecutivo que preside nominalmente la Señora Cristina Fernández de Kirchner".
* "En los hechos se ha instaurado un poder espurio, lo que ha sido puesto de manifiesto por diferentes actores, sin que el Ministerio Público Fiscal haya efectuado las denuncias pertinentes".
* "Por este motivo es que nos dirigimos a los gobiernos de los países amigos para hacerles patente que se está comprometiendo en la Argentina la vigencia efectiva de la democracia representativa, que es principio esencial de la Organización de los Estados Americanos. La vigencia de la democracia y de los derechos humanos ya no pertenecen sólo al orden interno de los estados, sino que son parte imprescindible de la trama normativa del Derecho Internacional Público".
* "Nuestra adhesión a las instituciones republicanas es absoluta, por eso rechazamos la mera idea que se pueda volver a la época de las interrupciones ilícitas de los mandatos constitucionales".
* "La oposición tiene una pesada responsabilidad: la de ayudar a la Presidenta a terminar su mandato, evitando que se produzcan nuevos episodios de consecuencias destructivas. La ciudadanía con el voto otorga los mandatos para que estos sean ejercidos hasta el cabal cumplimiento de los periodos de gobierno asignados. Olvidarlo ha sido nuestra mayor desgracia nacional en los últimos ochenta años, no queremos más interrupciones".
Como dicen las leyendas colocadas en algunas producciones fílmicas, "cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia".
En efecto, y en primer lugar, debe destacarse que en el marco del funcionamiento pleno de los Poderes del Estado de Derecho, propio del sistema democrático en el que vivimos, la actitud de omitir e ignorar las vías de canalización interna de las denuncias de los presuntos hechos apuntados por la dirigente aludida, direccionándolas a embajadas extranjeras, no solo resulta demostrativa de su ausencia total de fundamentos, sino también de una tendencia meramente efectista, no carente de condimentos 'lacayescos' y/o 'cipayescos' –Don Arturo Jauretche 'dixit'-.
La historia reciente de Carrió es altamente demostrativa de la insustentabilidad de sus numerosas denuncias que en la mayoría de los casos –sino en todos- quedaron archivadas por falta de pruebas.
Por otro lado, no deja de sorprender que quien, como Carrió, comparte los argumentos de los represores que instalaron como nunca la violencia política del Terrorismo de Estado en nuestro país, en materia de rechazo a la extracción de muestras de ADN que sirvan para la identificación de los menores nacidos en cautiverio o que fueran secuestrados con sus padres y sustituida su identidad con entrega a sus apropiadores, atribuya al gobierno nacional actitudes de violencia que solo caben en su prolífica imaginación.
Salvo que para la diputada electa el proyecto de crecimiento con equidad e inclusión social que lleva adelante dicho gobierno constituya una expresión de su singular concepto de violencia, asociada seguramente con la afectación de los intereses de los sectores del privilegio a los que viene defendiendo desde hace bastante tiempo.
Su evidente 'disociación' de la realidad del proceso material del poder institucional que se vive en nuestro país, exime de mayores comentarios.
La vigencia de la Constitución Nacional expresada en el pleno funcionamiento de los poderes del Estado que surgen de la soberanía popular, el respeto al principio de división de poderes, el protagonismo otorgado y asumido por el Parlamento en las decisiones políticas fundamentales de lo que dan acabada muestra las discusiones legislativas de los últimos años, y el funcionamiento independiente del Poder Judicial encabezado por una Corte Suprema de Justicia, que, en términos generales, es motivo de congratulación de propios y extraños, constituyen la efectiva realidad material que se vive ,tal vez como nunca antes, en la República Argentina, y que se ha profundizado positivamente desde el 25 de Mayo de 2003 con las gestiones sucesivas de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, esta última con una legitimidad electoral pocas veces alcanzada.
Y todo ello en el marco de una amplitud inédita en materia de libertad de expresión que permite todo tipo de manifestación crítica del gobierno nacional – muchas veces expresadas con deliberada tergiversación de los hechos y manifiesta intencionalidad manipuladora-, incluyendo las que en forma ligera e irresponsable profiere la diputada electa Elisa Carrió.
Concluiré estos fundamentos reproduciendo algunas expresiones vertidas por el periodista Marcelo Capurro, en la revista debate, versión digital, del 3 de Noviembre de 2009, titulado "Uso y abuso del misticismo":
"El chivo expiatorio, el odio a los Kirchner y la lealtad a la Patria".
Señaló el analista aludido, en relación con el comportamiento de Elisa Carrió, que se repudia en el presente proyecto:
"No hay memoria, en la historia política argentina, de alguien que se haya servido de citas y conceptos bíblicos con la habitualidad con la que lo ha hecho la doctora Elisa Carrió…
Por otra parte, ¿quién no recuerda los cientos de profecías apocalípticas que la dirigente ha venido pronunciando en los últimos años? Y, también, mucho menos frecuentes, sus enigmáticos augurios de buena fortuna y de amaneceres gloriosos para la Nación. En todos los casos, con abundantes condimentos místicos y sin fundamentos racionales a la vista.
Esta semana, Carrió protagonizó dos hechos de signo diverso, aunque en ambos se descubre su vena profética.
Expulsada que fue, el miércoles 28, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (en razón de su oposición frontal a la ley que determinaría la obligatoriedad de la extracción de sangre para conocer la identidad de presuntos descendientes de desaparecidos durante la última dictadura militar), Carrió declaró que "alguien tiene que pagar el precio por decir las cosas que todos quieren callar".
Una vez más -lo ha hecho decenas de veces- se constituyó en chivo expiatorio, una figura del judaísmo bíblico que recuerda que, en el Día del Perdón, cada pueblo elegía un chivo, lo llevaba al desierto, lo entregaba al demonio y, con él, a las culpas de toda la comunidad. Carrió, como ese chivo, purgaría las culpas de todos, ya que todos quieren callar.
Está de más decir que, tras ese supuesto sacrificio por el grupo, se oculta la voluntad (y la vanidad) de plantarse ante todos como modelo de inocencia. ¿Quién podría ser más inocente que ese humilde cabrito?
Otro tema. Éste, de ribetes más preocupantes.
Según informó Joaquín Morales Solá en su columna del miércoles 28 en La Nación, Carrió "hace su propio camino con otra creación". Habría redactado una carta para ser entregada en las principales embajadas americanas y europeas en Buenos Aires haciendo una "angustiosa descripción de la situación nacional" y alertando acerca de que la administración Kirchner está "comprometiendo la vigencia efectiva de la democracia".
Para curarse en salud y, seguramente, para tratar de eludir la acusación de golpismo, la carta concluye asegurando su deseo de que Cristina Fernández termine su mandato.
El odio de Carrió por la pareja Kirchner supera todo lo previsible…
Y, lamentablemente, la hace transgredir la lealtad que todo ciudadano debe a su Patria.
Si, a su criterio, los Kirchner merecen lo peor, que los denuncie en los Tribunales o que promueva un juicio político.
Pero que un argentino se presente en las representaciones de países extranjeros para advertir acerca de potenciales situaciones riesgosas o catastróficas es, por lo menos, poner en riesgo las relaciones políticas y económicas de la Nación.
Escapa a esta columna la tipificación legal, si la hubiere, de la conducta de Carrió.
Pero no es posible dejar de observarle a la dirigente de la Coalición Cívica que su inquina contra la pareja presidencial no debería mezclarse con los intereses de la Nación. (Fin de la cita).
Compartiendo las expresiones transcriptas precedentemente, y por lo expresado hasta aquí, solicito la aprobación del presente proyecto.
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