martes, 12 de enero de 2010

Martín, el usupador

El caso Redrado ha demarcado definitivamente el campo político argentino; y deja muy en claro no sólo la pertenencia ideológica sino económica de los actores. Cada uno de los argentinos puede dirimir ahora, sin claroscuros, los dos modelos de país que confrontan: el dominado por las corporaciones (que responden, aun, al perimido consenso de Washington y las recetas financieras del FMI, pretendiendo reproducir los '90), o el proyecto nacional y popular (con inclusión social: 5 millones de asalariados; 2 millones de jubilados; Derechos Humanos, recuperación de las AFJP, ley de medios, etc.).

La oposición variopinta no tiene proyecto, ni siquiera política para el pueblo argentino; por eso sólo operan sobre la denuncia de lo que se realiza. Su objetivo es poner palos en la rueda y hacer fracasar la recuperación de la Nación, que es un hecho consumado y que no se detiene desde el 25 de mayo de 2003. Es que Néstor Kirchner decidió patear el tablero de los que siempre decidieron en la Argentina, se insubordinó a los poderes fácticos, y logró posicionar a nuestro país en el concierto de las naciones.

Por eso las fuerzas opositoras, enemigas de la felicidad del pueblo, utilizan cualquier instrumento para conflictuar las políticas que benefician a las mayorías; por que ellos son fieles representantes de la economía concentrada, de los agentes corporativos de la información. Entonces recurren a la denuncia, a la constante y vacua denuncia; sólo pretenden confundir, tergiversar, manipular la opinión pública. Cuando la oposición judicializa las decisiones políticas, recurriendo a jueces afines, lo que hace es cubrir con un manto de sospechas cualquier acción de gobierno; caso contrario, cuando no coinciden con sus imputaciones, son parte de una trama corrupta.

"La judialización de la política" —señala Daniel Mancuso— "es en última instancia, la denigración de la única herramienta válida que tenemos los pueblos para transformar la sociedad e instaurar la justicia social. Sin la política, no hay otra salida que el callejón de la violencia: la violencia física (los golpes de Estado del siglo pasado), o la violencia económica del establishment, el mercado, el FMI, el neoliberalismo, las corporaciones... Allí, los pueblos quedan atrapados y son víctimas de los poderosos de siempre."

Ha quedado claro que Martín Redrado responde, ha respondido y responderá, a los intereses neoliberales; más allá del servicio que prestó en el BCRA pertenece a esa coyuntura financiera y nunca sacará los pies del plato. La diferencia tangencial está en la postura que tomó durante la presidencia de Néstor Kirchner, cuando aceptó pagar con las reservas un porcentaje de los intereses de la deuda; porque era dinero, constante y sonante, para sus patrones capitalistas. En cambio, ahora, no sólo se declaró en rebeldía, sino que está usurpando la sede del BCRA después de ser despedido por la presidenta Cristina Fernández; porque el Fondo del Bicentenario implica una estrategia que trae beneficios importantes al país, en reducción de intereses y riesgo país; además de acercarnos otro paso hacia la independencia económica.

Redrado como muchos que han aparecido en la escena mediática son los personeros de la dependencia. Este Gobierno no generó ninguna deuda externa. Está pagando la herencia de otros desgobiernos: la dictadura, Menem, De la Rúa... Esos radicales no pueden decirnos que quieren "proteger los dineros de los argentinos..."; es mentira, y una afirmación engañosa e hipócrita. Gerardo Morales, Ricardo Gil Lavedra, Patricia Bullrich, eran funcionarios de la Alianza, y fueron quienes redujeron el 13% a los jubilados y a los asalariados, fueron los que flexibilizaron los derechos de los trabajadores con la ley laboral, los que dejaron 43 muertos argentinos por la represión. Mientras "Lilita" Carrió celebraba estas decisiones. Estos abanderados de la República hundieron al país en la peor crisis de la historia reciente.

Por eso repudiamos las conspiraciones en la que participan los opositores, comandados por el presidente del Senado, Julio Cobos; y avalamos las decisiones emanadas del ejecutivo; no sólo respaldamos a las autoridades elegidas por el voto popular, sino que exigimos la profundización del proyecto nacional y popular para que beneficie a las grandes mayorías.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo preocupante compañeros respecto de esta movida, es que la oposición mayo es por integrantes del propio gobierno.

Es como jugar en un equipo y hacer goles en contra todos los partidos.

No se como la sociedad toda y no solamente esa porción de la sociedad "politizada" no se da cuenta y repudia estas cosas.

Porque se das dos cosas: 1) La oposición al gobierno nacional desde adentro del gobierno mismo (Cobos - Redrado) y aquella que si bien no es más aprte del gobierno o del espacio político del gobierno, surge de esta (Alberto fernandez, Solá, Adriana García en La Pampa).

Ya nos cruzaremos con Adriana García en la calle, si se ánima a circular. Y sino iremos a Winifreda.

Saludos.

Anónimo dijo...

donde dice mayo era "mayor"!!