domingo, 29 de mayo de 2011

Ni siquiera nos invitan para la foto

Foto: www.planbnoticias.com.ar

por Rita País

Cuando nuestra Presidenta asegura que a las mujeres nos cuesta todo el doble o más, no está hablando del precio de una cartera, de una blusa o de un par de zapatos. Nos está invitando a reflexionar sobre las dificultades que enfrenta cuando toma todas y cada una de las decisiones políticas que ha encarado, en un país tradicionalmente machista.

Nos convoca a que intentemos ver ese valor agregado que existe en cada uno de sus actos como Jefa de Estado, donde decidir siempre fue patrimonio exclusivo de los varones. Una costumbre patriarcal que termina naturalizando una discriminación de género construida culturalmente y que podemos considerar inamovible.

Pero no es así.

Ella demuestra permanentemente, con su voluntad de ampliar derechos y construir igualdad, que las mujeres somos capaces de ocupar lugares de mayor responsabilidad. La presencia de Ministras en su gabinete y al frente del principal Banco argentino o en la Corte Suprema de Justicia no es el resultado de simpatías personales ni productos de la casualidad. Son mujeres comprometidas con un proyecto de país donde nos propuso vivir Néstor Kirchner y continúa Cristina Fernández. Un país que está creciendo, que encontró el camino tantas veces olvidado del desarrollo, de la justicia social y del respeto por los derechos y garantías de todos/as sus ciudadanos/as.

Pero también nos advierte que ese camino no es simple ni lineal. Que está lleno de sinsabores y retrocesos. Basta con repasar las leyes, e incluso nuestra propia Constitución, para observar que en teoría no existe diferencia alguna de trato entre varones y mujeres en nuestro país. Sin embargo, la evidencia del día a día nos demuestra que no es así, que en la práctica subsisten las diferencias, que persisten esas barreras invisibles que hacen del igual acceso a las oportunidades un objetivo aún no alcanzado y por el cual debemos seguir trabajando.

Sin ir muy lejos, hace unas semanas se constituyó en Santa Rosa la Mesa por Cristina 2011 y en la foto principal, la que sería luego publicada en los medios de comunicación, sólo varones estaban sentados o parados detrás de esa mesa. Todos ellos con trayectoria militante, con cargos electivos o aspirantes a serlo… pero indudablemente sin la menor perspectiva de género.

Todos intentan convencernos de que acompañan este modelo de país, que ven a la Presidenta como la única persona que nos conduce y capaz de seguir haciéndolo, pero no han interpretado su mensaje de construcción, ni mucho menos el de Néstor Kirchner cuando nombró a Nilda Garré al frente del Ministerio de Defensa o a Carmen Argibay en la Corte Suprema de Justicia.

Podrán decirme a manera de descargo como lo hicieron, que luego se respeta la Ley de Cupo, pero no estoy hablando de eso. Mi cuestionamiento no pasa por ahí. Respetar el 30 % en una Cámara de Diputados u ocupar ciertos lugares del Ejecutivo no nos garantiza a las mujeres pampeanas una verdadera libertad de gestión.

Podrán decirme que estoy haciendo una valoración subjetiva y lo acepto. Lo hago desde mi lugar de mujer militante social y política, que los interpela por no haber tenido en cuenta que la conformación de esa mesa es un mensaje negativo para el resto de las pares. Mujeres tan o más comprometidas que ellos con la Presidenta de la Nación y su proyecto.

Lo hago desde mi condición de mujer de hecho y de derecho que tiene como referentes a Juana Azurduy, Macacha Güemes, Alicia Moreau de Justo, Eva Perón, a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y a Cristina Fernández de Kirchner. Desde ese modestísimo lugar les reclamo no haber cedido una silla a las mujeres de Santa Rosa que diariamente luchan por la igualdad de oportunidades desde las organizaciones sociales y políticas. Por las tantas mujeres jóvenes que esperanzadas han abrazado a la política como una verdadera herramienta para el cambio y el bienestar del pueblo.

Mujeres pampeanas que con un gobierno nacional progresista sentimos la necesidad de hacer política con una nueva mística social, con una nueva responsabilidad social, vemos preocupadas que algunos dirigentes varones o quienes pretenden serlo, no nos han incorporado siquiera en sus agendas.

El valor de una imagen puede mucho más que mil palabras dijo alguien y puedo asegurarles que la foto del sábado 2 de abril, nos cacheteó a muchas mujeres peronistas que mientras escuchábamos a nuestra Presidenta instar a la inclusión y valoración de todas y todos los argentinos en el acto central por los mártires en la injusta guerra de Malvinas, mirábamos azoradas la foto de la Mesa Cristina 2011 en Santa Rosa.

Seguramente de ahora en más o por lo menos hasta octubre, se cuidarán muy bien de no darnos argumentos de reclamo a las mujeres. Procurarán ser políticamente correctos y compartirán fotos con la mayor cantidad de pares, pero lamento decirles compañeros que ustedes ya tienen la marca en el orillo.

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