miércoles, 18 de febrero de 2009

La biblia y el robo

Por José Soria
Se puede ser prosemita, pero también antisemita.
Tal vez no se deba ser antisemita pero lo que no se puede evitar es ser antisionista.
No debemos olvidar la experiencia del pueblo hebreo en pedir permiso y luego de un tiempo adueñarse del lugar prestado o, en el más leve de los casos, tener influencia sobre las personas que en un primer momento les prestaron el lugar.
El caso más antiguo vivido por el pueblo judío está registrado en la biblia cuando los Egipcios le dieron cabida, con el correr de los años comenzaron a ocupar territorio y a querer imponer su apestoso monoteísmo.
Como se sabe, los Egipcios le dieron el raje.
Desde aquella época han arrastrado esa mala costumbre y siguen haciendo exactamente lo mismo en todos los países donde les dan cobijo.
A esa mala costumbre, ellos, le han sumado el fastidioso y pérfido argumento del antisemitismo que, después de capitular Alemania, tanto les ha servido para meterse en los asuntos internos de otros países y para imponer sus condiciones de ¿víctimas?.
Lo cierto es que con tales y otros argumentos como la religión monoteísta, los judíos siguen extendiendo sus dispositivos de poder y ESO sí que es Sionismo.
Tal vez no se deba ser antisemita pero sí antisionista, pero como todo lo judío es retorcido y pérfido, su semitismo esta larvado de ambición de poder, es decir: larvado de sionismo.
Ellos lo han hecho así. Pues todo lo que cuestione su sionismo es antisemitismo incluyendo a los ateos. La misma biblia destila sionismo.
De última, ellos, los judíos, han venido "luqueando" lindo y parejo con el pretexto del antisemitismo después de la segunda guerra mundial en cualquier parte del mundo.
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