lunes, 2 de julio de 2007

Choque de Culturas: Occidente y sus cruzados frente a la peor de todas las derrotas


Si la derrota militar era un problema difícil de digerir, la que empezó a masticar ahora el occidente cristiano es mucho mas dolorosa, pues esta derrota es cultural y el problema para Europa ahora es mucho mayor. La Unión Europea tuvo frente de sí la posibilidad de ponerle freno a los delirios imperialistas de Estados Unidos, lejos de hacerlo terminó siendo el furgón de cola de Bush y las corporaciones que indujeron a la guerra en Medio Oriente.
Norteamérica, urgida por la necesidad económica que le genera su recesión económica, está muy cerca de convertirse en una depresión debido a su irresponsabilidad de emitir moneda sin respaldo; y ya lleva décadas haciéndolo desde cuando eliminaron el patrón oro con el sólo fin de imponer a las bolsas bursátiles su ritmo económico.
Los chinos y los japoneses tendrían que empezar ya a preocuparse por sus economías, pues son los países que tienen en su poder los bonos de la deuda norteamericana. Ahora muchos comprenden por qué EE.UU. no chistó cuando Argentina reformuló su deuda y realizó una quita sustancial no sólo de la abultada deuda sino que dejó afuera a muchos tenedores de papeles de ésta. El Tesoro norteamericano tendrá de donde amarrarse y un antecedente jurídico frente al mundo para declarar la cesación de pago, por lo tanto no la cancelará nunca más cuando su economía explote y sufra una nueva crisis, muy similar a la del 1929. No está muy lejos de darse y no es descabellado pensar que suceda a la luz de los acontecimientos, del rumbo que tomaron los combates en Irak y en todo Medio Oriente. En este campo ya se palpita una derrota militar del Imperio y si esto se da, está claro que no tendrán el petróleo que fueron a robar, en ese sentido su industria pesada quebrará indefectiblemente.
En dicho correlato los pueblos latinoamericanos estarán en la mira de la maquinaria bélica del Imperio, es decir, no dudarán en atacar a Venezuela y al resto de América del sur para apropiarse de las riquezas energéticas y naturales.
Los cruzados occidentales y su respaldo espiritual: el Vaticano, se saben en problemas y la Unión Europea como figura política, jurídica e institucional, o sea todo el continente europeo, ahora empiezan a tomar conciencia de lo que se le avecina, se encuentran cercados por los moros, por el fundamentalismo religioso musulmán. Esta penetración cultural en el viejo continente lo pone en un estado de debilidad que ya no puede ocultar políticamente. Por estos días se ha conocido que por primera vez en la historia del occidente-heleno los musulmanes superan a los católicos en cantidad; los primeros llegaron a 1400 millones y los católicos cayeron a 1200 millones. El Vaticano, la UE. y EE. UU. Frente a esta realidad incontrastable iniciaron las acciones bélicas ya conocidas y retomaron el viejo proyecto de intentar evangelizar a los musulmanes. Esta idea les había fracasado con el sha de Irán -quien fue un servil agente ideológico de los occidentales en el mundo árabe y ofició de quinta columna cultural en Oriente-, pero tuvo que huir de Irán cercado políticamente desde Francia por el ayatolá Ruhollah Jomeini; que asumió el poder en Irán e inició la expansión del islámico en todo el mundo árabe.
Occidente también tiene problemas en América del Sur, es que los gobiernos nacionales y populares que empiezan a conducir la región vienen cargados de una fuerte recuperación de identidad latinoamericana, lo cual se traslada desde la fuente cultural indígena y por consiguiente en el continente se consolidan cánones que contrastan literalmente con los mandatos que el colonialismo impuso a cruz y espada con la llegada de Cristóforo Colombo a la desconocida América.
Hace pocos días, Benedicto XVI descargo su odio racial e ideológico cuando estuvo en Brasil y puso al descubierto la estrategia imperialista de una nueva evangelización para el mundo. Demostró que él y W. Bush tienen una peligrosa simpatía histórica y una concepción fascista que es temible, su tendencia a desconocer y eliminar a lo diferente, a la alteridad, los convierte en potenciales inquisidores del siglo XXI.
Como si esto fuera poco, ahora se les suma el problema del escudo antimisiles que Norteamérica quiere expandir y armar en Europa del este, con la excusa de prevenirse de un ataque de lo que los yanquis llaman el eje del mal; que, según ellos, lo integran al Qaeda, Corea del Norte e Irán. Este hecho impensado para Europa central hace unos año atrás, el de ser atacados por los fundamentalistas, los tiene en vilo y les aterroriza (el terrorismo que ellos aplicaron en otros continentes), lo que suena hasta gracioso; pero tendrán que acostumbrarse a pronunciar el reciclado viejo dicho de que hay moros en la costa.
El proyecto del escudo misilístico generó un serio conflicto con Rusia que, automáticamente, probó su misil intercontinental con capacidad para seis cabezas atómica, lo que agitó el fantasma de la guerra fría en el mundo. Vladimir Putin se sabe imprescindible en este momento en que la vieja Europa no sólo hace aguas militarmente sino que no encuentra el rumbo político; dadas las circunstancias, Rusia parece despertar de un letargo de muchos años en que su política exterior carecía de peso; en la actualidad se la encuentra dispuesta a pararse en el centro de la escena.
Europa se consolidó definitivamente como el continente más inestable del planeta, con problemas de magnitud no esperada para sus estados-nación, para sus ciudadanos, y vive a diario con el fantasma de estar cercada por los fundamentalistas, perceptible a simple vista ya que tienen una fuerte presencia cultural en los Balcanes, es allí donde el problema de Kosovo refleja con claridad el choque de dos culturas; occidentales y musulmanes libran ahí una batalla cultural que tiene una salida incierta. Para colmo de males la cumbre de la Unión Europea no ha podido subsanar el problema del fracaso de la constitución, esta ha sido bochada por dos países integrantes de la misma, referéndum mediante.
La crisis que está enfrentando el occidente cristiano ya empieza a socavar sus raíces culturales, políticas y económicas. La crisis para los cruzados no es sólo en el viejo continente, porque acá, en América Latina, los norteamericanos -en franco retroceso- intentan meter una cuña en el sur del continente, pretenden inventar un conflicto entre Colombia y Venezuela que les reditúe una mejor posición para sus objetivos imperialistas; es sabido de que Uribe es un lacayo de los yanquis y le encanta el rol de perro faldero del imperio.
El capitalismo norteamericano enfrenta el peor momento de su historia, es que desde la crisis del petróleo en la década del 70, nunca se había dado la característica de que cometieran el error de abrir varios frentes de batallas tanto en lo económico como en lo militar. No previeron que las consecuencias de decadencia cultural que dejó el postmodernismo abrieran la peor de las brechas en un Imperio, decadencia moral y crisis de identidad.Lo que si debemos tener en claro los países del tercer mundo es que los dos bandos que se enfrentan tienen una visión logocentrica, o sea un orden central, una visión única del mundo, asentada en el fanatismo cultural o religioso, que los hace peligrosos y del cual todos los latinos debemos cuidarnos. (Leonardo Favio Avendaño)
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