lunes, 18 de julio de 2011

Movimiento Evita vota a Jorge Lezcano


En las 20 verdades peronistas, la quinta dice: "En la NUEVA ARGENTINA el trabajo es un derecho, y es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume". A su vez, la "verdad" anterior sostenía que "no existe para el peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan".

Movimiento Evita surge como movimiento piquetero, tiene su nacimiento en la lucha contra el neoliberalismo, en la década del 90, está conformado por dirigentes, militantes, desocupados y trabajadores, que se unen para resistir la aplicación de las políticas económicas diseñadas por el FMI y el Banco Mundial, aprobadas por el Consenso de Washington.

A partir del 25 de mayo de 2003, con la conducción de Néstor Kirchner en la presidencia de la Nación, cambia el paradigma, comienza la recuperación del Estado, y se plantea una política de inclusión de fuerte arraigo en lo económico, en lo social y en lo cultural.
Muchos compañeros y compañeras comprendieron la nueva orientación del gobierno, y cuál sería el cauce de ahí en adelante, adhiriendo de inmediato a un proyecto que recuperó ante todo la política como herramienta transformadora. Se puso énfasis en la producción, en la generación de puestos de trabajo, en la estatización de la jubilación privada, en la recuperación de la industria, en la inversión en infraestructura, dejando atrás la especulación financiera, por lo que ha tenido que enfrentarse a los grupos concentrados de la economía, identificados en los dos más poderosos, Techint y Clarín.

El compañero Jorge Lezcano supo interpretar los objetivos del modelo emergente propuesto por Néstor y continuado por Cristina Fernández, se sumó como un militante más a defender y a colaborar en la consolidación del Proyecto Nacional y Popular.

Estas son algunas de las tantas cosas que nos agrupan, las que tienen que ver con la práctica política que va cambiando al país, la que incorpora a los argentinos y argentinas que habían quedados excluidos. También compartimos el objetivo de que Santa Rosa vuelva a tener una conducción peronista, que concilie posiciones con el gobierno nacional y, de esa forma, poder encauzar el proyecto productivo que necesita el municipio para despegar y autosustentarse, lo que implica la creación de fuentes de trabajo, y esto incidirá en la mejoría de la calidad de vida de los vecinos.

Pero no sólo la realidad actual nos reúne, sino también la historia, nuestro rico pasado de luchas y sueños, de compañeros y compañeras que engrandecieron al peronismo, empezando por el General Perón y por la abanderada de los humildes, la inmortal Evita.
Compartimos con el compañero Jorge Lezcano una tradición que asienta su derrotero en el siglo XX, cuando surge el peronismo y se convierte en el instrumento político que reivindica a los trabajadores como una fuerza política, que tienen desde esa coyuntura representatividad en las decisiones que involucran al país.
Y además este ejercicio de memoria sirve para evidenciar una vez más las zonceras que han impuestos los tilingos colonizados por el imperio, y que se continúan reproduciendo hoy en día, como aquella que dice "alpargatas sí, libros no". Y para desmontar esa mentira supina vale la pena citar algunos hombres del pensamiento nacional que militaban en el mismo peronismo o tenían afinidad: Juan Domingo Perón, Eva Duarte, Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz, Manuel Ugarte, Juan José Hernández Arregui, José María Rosa, John William Cooke, Jorge Abelardo Ramos, Salvador Ferla, Rodolfo Ortega Peña, Fermín Chávez, Carlos Mugica, Rodolfo Puiggrós, Ramón Carillo, Germán Abdala, Envar "Cacho" El Kadri, Julio Fernández Baraibar, Norberto Galasso, Eduardo Jozami, también artistas consustanciados con las luchas populares: Homero Manzi, Enrique Santos Discépolo, Cátulo Castillo, Leopoldo Marechal, Ricardo Carpani, Germán Oesterheld, Paco Urondo, Rodolfo Walsh, Carlos Carlino, Juan Gelman, Leonardo Favio, Octavio Gettino.

Los que integran el Proyecto Nacional y Popular comprenden el significado que tiene esta conjunción de trabajadores y artistas, del trabajo y la cultura, por eso hay que acercarse a los gremios y estudiar su rica e intensa historia; se deben leer los programas de La Falda, Huerta Grande y la del 1 de Mayo de 1968, con las propuestas de la CGTA (la CGT de los Argentinos).
El MTA, la CTA y los piqueteros enfrentaron a los aparatos represivos financiados por el capitalismo mientras los cipayos hacían los negocios.
Por eso el Proyecto Nacional, democrático y social que encarna actualmente la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, unifica tanto a las organizaciones sociales que lo respaldan, como su columna vertebral que es hoy, como siempre, el movimiento obrero organizado.

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