martes, 22 de marzo de 2011

Sobre la cobardía dirigencial


Los cuadros dirigenciales del Modelo Chubut no sólo ensuciaron la política en las elecciones del pasado 20 de marzo, sino a la democracia misma, al perjudicar, con la connivencia del gobierno del Chubut y del Tribunal Electoral, el acceso a la información del escrutinio en tiempo real; generando suspicacias y desconfianza en su transparencia.

La arrogancia de los iluminados atenta contra los proyectos colectivos. Las decisiones anómalas y oscurantistas perjudican siempre a las grandes mayorías. Ha quedado claro con este acto eleccionario que ciertos referentes partidarios están más preocupados en sus aspiraciones personales, en conservar las relaciones y los negocios con el establishment. Los políticos que pierden la brújula debido a sus ambiciones particulares lo primero que hacen es inmolar a sus militantes, y después defraudar al pueblo.

El ser humano es un animal de costumbres y aprende en cada acción. Y la lección de este domingo es, o debería ser, ejemplar; porque la conducta política democrática nos había ilustrado con casos representados por mesiánicos (Adolfo Rodríguez Saá, Lilita Carrió), traidores (Carlos Menem, Julio Cobos), tibios (Fernando de la Rúa), cínicos (Eduardo Duhalde, Pino Solanas), ahora se sumaron los cobardes (Mario Das Neves, Martín Buzzi).

El destino de la política se define en el temple del conductor y en la plataforma que se le "oferta" al electorado y, es innegable, por los votos que se cosechan, lo cual legitima la propuesta. Los dirigentes deben estar preparados para el triunfo o la derrota, de ahí su grandeza o su miserablidad. El gobernador de Chubut ha dado muestras de debilidad, y con sus equipos técnicos armaron todo un cerrojo informativo para controlar los guarismos.

Los cobardes temen a la derrota. Los grandes relatos dan cuenta que los hombres han ido a la lucha a probarse, convencidos de sus ideales y de sus sueños. Muchos fueron derrotados, pero su hidalguía y dignidad quedó resignificada en la historia.
Mario Das Neves tuvo miedo de perder y montó un operativo que deshonró y mancilló a la política y a la democracia. En la otra vereda se sitúan las verdades ejemplares, las de los que llevan adelante los procesos de cambio y transformación. Por eso Néstor Kirchner sigue siendo el mejor de las últimas décadas, porque vencido en las elecciones a mediados del 2009 renunció a la conducción del PJ, pero no abandonó sus convicciones ni sus objetivos. A los cobardes el pueblo los esquiva, a los hombres ecuánimes, a los líderes, el mismo pueblo los reclama y los "empodera".

Perón señaló que la organización vence al tiempo, en consecuencia la militancia esperó a que Kirchner se recuperara y lo acompañó otra vez para realizar las grandes cosas: concretar la grandeza de la Patria. SDM (Publicado en Tiempo Argentino)

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