Tanto Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica Libertadora y ex funcionaria judicial de y durante la dictadura en Chaco, como el senador nacional por Jujuy Gerado Morales, que conduce actualmente el Comité Nacional de la UCR y fue funcionario del peor gobierno que hemos padecido los argentinos desde la recuperación de la democracia: la Alianza que desbarrancó en la crisis y que completó su ineficaz performance con la escapada en helicóptero del presidente Fernando de la Rúa, anduvieron por estos lares, vitupereando a diestra y siniestra.
Hay que rememorar que en casi dos años de desgobierno fundieron al país del todo, primero con la receta de José Luis Machinea (durante su gestión se produce una rebaja salarial a los empleados del sector público que osciló entre el 12% y el 15%; habiendo fracasado su plan, debe renunciar por la crisis económica desatada en los primeros días de marzo del 2001), y es reemplazado fugazmente por Ricardo López Murphy (a poco de asumir como ministro de Economía, con el fin de reducir el gran déficit público, anunció un millonario recorte de gastos de la administración pública, que incluía un recorte del 5% a las universidades públicas; este anuncio provocó multitudinarias protestas, y motivó el pedido de renuncia de López Murphy pocos días después, por parte del Poder Ejecutivo) y luego adviene Domingo Cavallo (las medidas tomadas no se mostraron efectivas y resultaron ser sumamente impopulares, muy especialmente la restricción a la extracción de dinero de cuentas corrientes y cajas de ahorro conocida como corralito, a causa de esto, el ministro debió abandonar su cargo tras un espontáneo cacerolazo en la noche del 19 de diciembre en que se exigía su renuncia, minutos después de que el presidente anunciase por cadena nacional el establecimiento del estado de sitio). Al día siguiente, también renunciaría el presidente radical de la Rúa.
Durante este patético mandato se consiguió el blindaje económico del FMI que representó un aporte de más de 30.000 millones de dólares que fue anunciado, simultáneamente, en Buenos Aires y en Washington (que se esfumó de las arcas de la Nación); también se instrumentó el megacanje (tuvo lugar en medio de una crisis económica argentina que se extendió entre 1999 y 2002; la operación consistió en postergar los vencimientos de diversas deudas que tendrían lugar entre los años 2001 y 2005, para que tuvieran lugar en el período de 2006 a 2031, como compensación por dicha postergación, los intereses de la deuda fueron aumentados: el megacanje no logró los efectos buscados, y la crisis económica se mantuvo; poco tiempo después tuvo lugar un estallido social como consecuencia de la crisis económica. Durante el año 2006 el juez Jorge Ballestero procesó a Fernando de la Rúa, Domingo Cavallo y varios miembros de su equipo por el megacanje; fundamentó su decisión en que éstos habrían cometido un crimen, excediendo el margen de discrecionalidad propio de las medidas políticas), que sólo favoreció al ministro de economía y sus amigos banqueros, se llevaron comisiones extrafalarias.
No debemos olvidar a Patricia Bullrich Luro Pueyrredón, quien se desempeñara como ministra de trabajo, empleo y formación de recursos humanos y de seguridad social de la Nación; desde esa cartera -en plena crisis económica- impulsó y firmó el decreto que estableció la reducción del 13% a los haberes de los trabajadores estatales y de las jubilaciones, cuyos montos superaran los U$S 500 (quinientos dólares estadounidenses).
Todos éstos, sin Machinea ni Cavallo (aunque "Lilita" comparte en lo económico el análisis de Domingo: estanflación), se juntaron de nuevo, y se asociaron bajo la sigla ACyS: Acuerdo Cívico y Social. Todos juntos en una alianza que es y se ha convertido por sus acciones e inacciones en el Crongreso en la máquina de impedir que se opone al Proyecto Nacional y Popular. Esta formación de derecha, la alianza residual, la restauración conservadora, es la mentora de la crítica de la crítica, sin autocrítica... Ocupan espacios y recorren el país sin propuestas, sin proyecto; solamente en sus diatribas, casi espectaculares, que son emitidas por las corporaciones mediáticas -con las que comparten intereses comunes- se percibe una política antipueblo, y les aflora el inclaudicable antiperonismo. Queda claro que siguen defendiendo el neoliberalismo, quieren acudir al FMI, su objetivo, otra vez es esclavizarnos al capital internacional.
Carrió-Morales-Giustiniani se presentan como la reserva moral, como la nueva política, se refocilan con sus dichos en la radio y la tv, apelan a concepciones catastróficas para describir a la Argentina; deliran, cuestionan, interpelan sin ton ni son, apelan cada decisión del Ejecutivo, del Legislativo, y ahora, también, lo Judicial, porque no cuadró lo de las impugnaciones; pero no lo hacen en la sala de debates (constructivos) sólo en los estudios de los medios de comunicación (aliados). Ellos: los institucionales y republicanos. Ellos que no respetan las decisiones de las mayorías. Ellos son una farsa, una comparsa sin carnaval.
Apliquemos el sentido común, y observaremos que por los antecedentes y el correlato de quienes los acompañan demuestran que son más de lo mismo, son parte de la prebenda de los '90, a la que superamos con el esfuerzo de todos después de la crisis del 2001.
El Pueblo es soberano: el 28 de junio sabrá elegir. Una de dos, en este proceso que repercute en toda la Patria Grande se continúa apostando a la profundización del cambio o se arrean, definitivamente, las banderas de la emancipación.
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