En el día de mañana, 24 de marzo, se cumplen 33 años del golpe de Estado en el que se instauró la dictadura militar más sangrienta que ha conocido nuestra historia, el llamado Proceso de Reorganización Nacional. Gobierno de facto que continúo con la persecución y asesinato de los militantes políticos argentinos que fuera iniciada por la tristemente célebre Triple A (Alianza Anticomunista Argentina); lo que remite de inmediato a recordar a todos aquellos que murieron en nuestro país por la desidia y los intereses de la oligarquía terrateniente que no ha querido ni quiere cambios sustanciales en el reparto de la riqueza. Válganos recordar al Chacho Peñaloza, a los obreros de la Patagonia trágica, el atentado contra Palacios en el propio Congreso de la Nación, a las víctimas del bombardeo del ‘55 y los fusilados por la Revolución Libertadora, a Felipe Vallese, a Mariano Pujadas, a los mártires de Trelew, a la oscura Noche de los Lápices, a los 30000 desaparecidos, a los soldados caídos en Malvinas, a los 35 argentinos muertos por el Gobierno de la Alianza.
Hoy en día, y desde hace un año se agita el mismo fantasma, porque los intereses en disputa son los mismos, por lo tanto son los mismos enemigos y es la misma lucha por la liberación del pueblo argentino. Los piquetes de la abundancia apelaron a la violencia para reclamar por sus ganancias, no les importó perjudicar a los otros sectores que aportan al país, y prosiguen, acompañados ahora por la oposición, con el objetivo de degastar al gobierno y con un carácter fuertemente destituyente. Reiteramos que la lucha es la misma desde la fundación de la patria, desde hace 200 años, con una bandera plantada sobre un territorio que le pertenecía a las culturas originarias y que el poder político, militar y financiero de la época (la generación del ‘80) se lo arrebató con la misma avaricia que los moviliza en la actualidad; no olvidemos que para concretarlo lo hicieron a través de un genocidio; y no conformes, bajo el mandato del ministro de economía José “Joe” Martínez de Hoz, nieto del fundador de la SRA (Sociedad Rural Argentina), prosiguieron con la política económica que siempre ha beneficiado a la gauchocracia. Desde ya, el neoliberalismo es insaciable y en los ‘90 encontró a su interlocutor ideal, el traidor de Menem, que terminó de rematar los bienes del Estado con el asesoramiento del Chicago Boy’s Domingo Cavallo.
Se resalta la faceta económica como eje vinculante de las distintas masacres que hemos padecido los argentinos por parte de la hegemonía gobernante y también las relaciones e influencias que han tenido a lo largo de la historia con los apellidos ilustres de los terratenientes.
Hace poco tiempo una serie de investigaciones identificó a los financistas de la Dictadura, además de resaltar que esos flujos de capital permitieron sostenerse en el poder a los “carniceros humanos” y perpetrar la sombría ceremonia que todos conocemos y rechazamos con un contundente Nunca Más.
En ese sentido, la discusión y el debate político abre nuevas aristas, porque aparecen involucrados actores que no tallaban en el análisis, muchos de ellos conforman la sociedad civil, algunos son directivos de diferentes corporaciones que hicieron negocios con los militares, como lo habían realizado muchas empresas en la Alemania Nazi. También hay dirigentes que sellaron su suerte al convertirse en alcahuetes y colaboradores de la dictadura. Otros, guardaron silencio. Muchos debieron exilarse o sino los asesinaban.
El grupo de intelectuales de Carta Abierta ha denominado a algunas de las formaciones biopolíticas, por sus antecedentes y vínculos del pasado, como la Nueva Derecha, las cuales se oponen a toda medida que impulsa el Gobierno Nacional y Popular para cambiar el país.
Entre esas voces díscolas, se destaca la de la eterna candidata Elisa Carrió, con sus continuos ataques y desvarios hacia los Kirchner, y quizás lo que no debemos olvidar es que esta “cruzada” de la moral, la ética y las buenas costumbres, fue funcionaria de la dictadura: asesora de fiscal en la justicia del Chaco; y en estas últimas décadas ha sobresalido por sus denuncias a distintos gobiernos, a distintos dirigentes, integrando y conduciendo grupos de investigación, pero nunca investigó en su provincia la masacre de Margarita Belén, donde 22 militantes fueron torturados y ultimados por el Gobierno de las Fuerzas Armadas.
La Coalición Cívica Libertadora (como la llama el periodista Horacio Verbitsky), junto al radicalismo y el socialismo, conforman una de las alianzas de derecha, a la otra la fundaron recientemente Macri, Solá y De Narváez; ambos rejuntados se reúnen con la Mesa de Enlace de las organizaciones agrícolaganaderas. Entre ellas se destaca la SRA, una de las mayores corporaciones que elogiaba las acciones antisubversivas del Proceso. Existe en archivo como documento insoslayable la solicitada publicada en los diarios más importantes del país al cumplirse un año de la dictadura, donde resaltaban: “La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de Marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales.”
La conducción mediática compuesta por Gerardo Morales, Elisa Carrió y Rubén Giustiniani, sigue objetando cada proyecto que tiende a favorecer a la mayoría del pueblo argentino. No sólo es una crítica absurda, malintencionada, maniquea, sino que encima se han asociado con los sectores más conservadores del país. Todos juntos, en una alianza oportunista, buscan producir un quiebre institucional, un golpe blando, para perjudicar las políticas sustanciales y concretas que propone el modelo nacional y popular. Alejandro Rofman, investigador del Conicet, resalta: “el objetivo real de la alianza social en marcha: consolidar un proyecto regresivo y conservador que alerte a la sociedad sobre los límites del proceso de redistribución de la riqueza”.
Ya denunciamos oportunamente que la ex diputada chaqueña y líder de la Coalición Cívica ha sido funcional y condescendiente a la Dictadura Militar desde su puesto en la Justicia. Parece que una fracción del socialismo ha traicionado sus preceptos fundacionales y se “derechizó”, sumándose a los intereses de las formaciones más retrógradas; y muchos radicales, que perjuraron contra el progresismo de Alfonsín, acusándolo de apátrida e izquierdizante, cuando encuadró al partido en la Internacional Socialista, se reúnen y negocian actualmente con los representantes del autoritarismo más siniestro. En consecuencia, frente a esta diáspora abierta entre los dos modelos de país que prevalece en la agenda pública, donde el contexto local no es inmune a lo que sucede en el plano nacional, los referentes del Frepam deberían explicar a la comunidad santarroseña cuáles son sus lineamientos y adhesiones ideológicas, es que gran parte de los vecinos no los votaron por el contenido del proyecto de gobierno, sino porque era la única opción ante el fascismo encarnado en Juan Carlos Tierno. Es decir, si esta fuerza coincide y apoya las bases programáticas de la Nueva Derecha que, en su metodología, difiere bastante poco de la violencia expresada por el ex intendente depuesto; entonces la trayectoria política de determinados funcionarios, rotulados como progresistas, será una entelequia y sus discursos se convertirán en una contradicción inexplicable.
En memoria de cada uno de los compañeros y compañeras militantes perseguidos, torturados, desaparecidos y asesinados, realizamos este diagnóstico de la realidad, y pensamos, justamente, en la Semana de la Memoria, que nadie ha resaltado la política de Derechos Humanos impulsada por los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, quizá tengan mala “memoria”, o peor todavía, son parte de una contradicción en esta materia. Los funcionarios municipales han asumido la responsabilidad de organizar una serie de actos respecto al 24 de marzo de 1976, pero debemos remarcar que se mueven en un territorio confuso, es decir, más allá de que “Lilita” Carrió en el programa “A dos voces” haya señalado su desinterés por las ideologías, nosotros como militantes, como continuadores de las luchas de los compañeros y compañeras desaparecidos y muertos en más de cincuenta años de peronismo, no renegamos de nuestro espacio político. Por lo tanto y frente a las evidencias no podemos aceptar compartir un recordatorio con quienes son una máquina de impedir en la política nacional. Además en Santa Rosa nos invitan a recordar a los desaparecidos, a nuestros desparecidos peronistas y a los compañeros de las demás organizaciones, y resulta que fuera de los límites de la provincia concilian una alianza que negocia puestos en la lista de candidatos para las próximas elecciones con los agrofachos, los mismos que loaban a la dictadura; y encima sus cuadros políticos son formados por Vicente Massot, un referente del pensamiento que defiende la tortura y la dictadura; que actualmente dirige y es el principal accionista del centenario matutino bahiense Nueva Provincia, ligado históricamente a la Marina y a Emilio Massera. Suele escribir artículos en La Nación o dar Clases en la Universidad Católica. En el pasado, militó en la Falange Restauradora Nacionalista y fue secretario de redacción de la ultraderechista revista Cabildo. En 1993 fue nombrado viceministro de Defensa por Carlos Menem, pero debió renunciar al reivindicar la tortura, a la que considera como “excesos necesarios”. Esta postura no es una novedad. Desde las páginas de su diario pidió a las Fuerzas Armadas en 1973 “proceder sin contemplaciones ni concesiones”. En 1976 ya exigía abiertamente “juicios sumarios, pena de muerte dictada por autoridades militares, toque de queda y patrullaje militar en todo el país”. En plena época del terrorismo de Estado, concurría a la Esma para dialogar con su director, el almirante Jacinto Chamorro. En el diario bahiense reinó el terror: dos obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, fueron secuestrados, torturados y fusilados luego de encabezar reivindicaciones laborales. En la actualidad, Massot suele lamentarse al considerar que pese a que el bando dictatorial ganó la guerra a nivel militar, la perdió a nivel político, al quedar instalada la idea de los “derechos humanos”.
El Frepam que tracciona junto a Carrió, Morales, Giustiniani, Miguens, Biolcati, De Angeli, Marino, etc., deberá decidirse qué revindica o condena del 24 de marzo de 1976; consideramos que con socios como Massot organizar la Semana de la Memoria es una contradicción ideológica, es puro oportunismo porque algunos de sus referentes en 30 años jamás cruzaron a la plaza San Martín a recordar a los desaparecidos. En fin, si pertenecen a la Nueva Derecha es más que simbólico el hecho de que apuesten a la preeminencia del capital y el mercado, y ya todos sabemos cuales son los resultados del neoliberalismo, por eso no les interesa la ideología como ha manifestado la líder de la oposición, pues obedecen las lecciones de Fukuyama y a la burbuja financiera del imperialismo globalizante.
Hoy en día, y desde hace un año se agita el mismo fantasma, porque los intereses en disputa son los mismos, por lo tanto son los mismos enemigos y es la misma lucha por la liberación del pueblo argentino. Los piquetes de la abundancia apelaron a la violencia para reclamar por sus ganancias, no les importó perjudicar a los otros sectores que aportan al país, y prosiguen, acompañados ahora por la oposición, con el objetivo de degastar al gobierno y con un carácter fuertemente destituyente. Reiteramos que la lucha es la misma desde la fundación de la patria, desde hace 200 años, con una bandera plantada sobre un territorio que le pertenecía a las culturas originarias y que el poder político, militar y financiero de la época (la generación del ‘80) se lo arrebató con la misma avaricia que los moviliza en la actualidad; no olvidemos que para concretarlo lo hicieron a través de un genocidio; y no conformes, bajo el mandato del ministro de economía José “Joe” Martínez de Hoz, nieto del fundador de la SRA (Sociedad Rural Argentina), prosiguieron con la política económica que siempre ha beneficiado a la gauchocracia. Desde ya, el neoliberalismo es insaciable y en los ‘90 encontró a su interlocutor ideal, el traidor de Menem, que terminó de rematar los bienes del Estado con el asesoramiento del Chicago Boy’s Domingo Cavallo.
Se resalta la faceta económica como eje vinculante de las distintas masacres que hemos padecido los argentinos por parte de la hegemonía gobernante y también las relaciones e influencias que han tenido a lo largo de la historia con los apellidos ilustres de los terratenientes.
Hace poco tiempo una serie de investigaciones identificó a los financistas de la Dictadura, además de resaltar que esos flujos de capital permitieron sostenerse en el poder a los “carniceros humanos” y perpetrar la sombría ceremonia que todos conocemos y rechazamos con un contundente Nunca Más.
En ese sentido, la discusión y el debate político abre nuevas aristas, porque aparecen involucrados actores que no tallaban en el análisis, muchos de ellos conforman la sociedad civil, algunos son directivos de diferentes corporaciones que hicieron negocios con los militares, como lo habían realizado muchas empresas en la Alemania Nazi. También hay dirigentes que sellaron su suerte al convertirse en alcahuetes y colaboradores de la dictadura. Otros, guardaron silencio. Muchos debieron exilarse o sino los asesinaban.
El grupo de intelectuales de Carta Abierta ha denominado a algunas de las formaciones biopolíticas, por sus antecedentes y vínculos del pasado, como la Nueva Derecha, las cuales se oponen a toda medida que impulsa el Gobierno Nacional y Popular para cambiar el país.
Entre esas voces díscolas, se destaca la de la eterna candidata Elisa Carrió, con sus continuos ataques y desvarios hacia los Kirchner, y quizás lo que no debemos olvidar es que esta “cruzada” de la moral, la ética y las buenas costumbres, fue funcionaria de la dictadura: asesora de fiscal en la justicia del Chaco; y en estas últimas décadas ha sobresalido por sus denuncias a distintos gobiernos, a distintos dirigentes, integrando y conduciendo grupos de investigación, pero nunca investigó en su provincia la masacre de Margarita Belén, donde 22 militantes fueron torturados y ultimados por el Gobierno de las Fuerzas Armadas.
La Coalición Cívica Libertadora (como la llama el periodista Horacio Verbitsky), junto al radicalismo y el socialismo, conforman una de las alianzas de derecha, a la otra la fundaron recientemente Macri, Solá y De Narváez; ambos rejuntados se reúnen con la Mesa de Enlace de las organizaciones agrícolaganaderas. Entre ellas se destaca la SRA, una de las mayores corporaciones que elogiaba las acciones antisubversivas del Proceso. Existe en archivo como documento insoslayable la solicitada publicada en los diarios más importantes del país al cumplirse un año de la dictadura, donde resaltaban: “La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar el proceso iniciado el 24 de Marzo de 1976, para poder lograr así los fines propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales.”
La conducción mediática compuesta por Gerardo Morales, Elisa Carrió y Rubén Giustiniani, sigue objetando cada proyecto que tiende a favorecer a la mayoría del pueblo argentino. No sólo es una crítica absurda, malintencionada, maniquea, sino que encima se han asociado con los sectores más conservadores del país. Todos juntos, en una alianza oportunista, buscan producir un quiebre institucional, un golpe blando, para perjudicar las políticas sustanciales y concretas que propone el modelo nacional y popular. Alejandro Rofman, investigador del Conicet, resalta: “el objetivo real de la alianza social en marcha: consolidar un proyecto regresivo y conservador que alerte a la sociedad sobre los límites del proceso de redistribución de la riqueza”.
Ya denunciamos oportunamente que la ex diputada chaqueña y líder de la Coalición Cívica ha sido funcional y condescendiente a la Dictadura Militar desde su puesto en la Justicia. Parece que una fracción del socialismo ha traicionado sus preceptos fundacionales y se “derechizó”, sumándose a los intereses de las formaciones más retrógradas; y muchos radicales, que perjuraron contra el progresismo de Alfonsín, acusándolo de apátrida e izquierdizante, cuando encuadró al partido en la Internacional Socialista, se reúnen y negocian actualmente con los representantes del autoritarismo más siniestro. En consecuencia, frente a esta diáspora abierta entre los dos modelos de país que prevalece en la agenda pública, donde el contexto local no es inmune a lo que sucede en el plano nacional, los referentes del Frepam deberían explicar a la comunidad santarroseña cuáles son sus lineamientos y adhesiones ideológicas, es que gran parte de los vecinos no los votaron por el contenido del proyecto de gobierno, sino porque era la única opción ante el fascismo encarnado en Juan Carlos Tierno. Es decir, si esta fuerza coincide y apoya las bases programáticas de la Nueva Derecha que, en su metodología, difiere bastante poco de la violencia expresada por el ex intendente depuesto; entonces la trayectoria política de determinados funcionarios, rotulados como progresistas, será una entelequia y sus discursos se convertirán en una contradicción inexplicable.
En memoria de cada uno de los compañeros y compañeras militantes perseguidos, torturados, desaparecidos y asesinados, realizamos este diagnóstico de la realidad, y pensamos, justamente, en la Semana de la Memoria, que nadie ha resaltado la política de Derechos Humanos impulsada por los Gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, quizá tengan mala “memoria”, o peor todavía, son parte de una contradicción en esta materia. Los funcionarios municipales han asumido la responsabilidad de organizar una serie de actos respecto al 24 de marzo de 1976, pero debemos remarcar que se mueven en un territorio confuso, es decir, más allá de que “Lilita” Carrió en el programa “A dos voces” haya señalado su desinterés por las ideologías, nosotros como militantes, como continuadores de las luchas de los compañeros y compañeras desaparecidos y muertos en más de cincuenta años de peronismo, no renegamos de nuestro espacio político. Por lo tanto y frente a las evidencias no podemos aceptar compartir un recordatorio con quienes son una máquina de impedir en la política nacional. Además en Santa Rosa nos invitan a recordar a los desaparecidos, a nuestros desparecidos peronistas y a los compañeros de las demás organizaciones, y resulta que fuera de los límites de la provincia concilian una alianza que negocia puestos en la lista de candidatos para las próximas elecciones con los agrofachos, los mismos que loaban a la dictadura; y encima sus cuadros políticos son formados por Vicente Massot, un referente del pensamiento que defiende la tortura y la dictadura; que actualmente dirige y es el principal accionista del centenario matutino bahiense Nueva Provincia, ligado históricamente a la Marina y a Emilio Massera. Suele escribir artículos en La Nación o dar Clases en la Universidad Católica. En el pasado, militó en la Falange Restauradora Nacionalista y fue secretario de redacción de la ultraderechista revista Cabildo. En 1993 fue nombrado viceministro de Defensa por Carlos Menem, pero debió renunciar al reivindicar la tortura, a la que considera como “excesos necesarios”. Esta postura no es una novedad. Desde las páginas de su diario pidió a las Fuerzas Armadas en 1973 “proceder sin contemplaciones ni concesiones”. En 1976 ya exigía abiertamente “juicios sumarios, pena de muerte dictada por autoridades militares, toque de queda y patrullaje militar en todo el país”. En plena época del terrorismo de Estado, concurría a la Esma para dialogar con su director, el almirante Jacinto Chamorro. En el diario bahiense reinó el terror: dos obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, fueron secuestrados, torturados y fusilados luego de encabezar reivindicaciones laborales. En la actualidad, Massot suele lamentarse al considerar que pese a que el bando dictatorial ganó la guerra a nivel militar, la perdió a nivel político, al quedar instalada la idea de los “derechos humanos”.
El Frepam que tracciona junto a Carrió, Morales, Giustiniani, Miguens, Biolcati, De Angeli, Marino, etc., deberá decidirse qué revindica o condena del 24 de marzo de 1976; consideramos que con socios como Massot organizar la Semana de la Memoria es una contradicción ideológica, es puro oportunismo porque algunos de sus referentes en 30 años jamás cruzaron a la plaza San Martín a recordar a los desaparecidos. En fin, si pertenecen a la Nueva Derecha es más que simbólico el hecho de que apuesten a la preeminencia del capital y el mercado, y ya todos sabemos cuales son los resultados del neoliberalismo, por eso no les interesa la ideología como ha manifestado la líder de la oposición, pues obedecen las lecciones de Fukuyama y a la burbuja financiera del imperialismo globalizante.
AJUS (Abogados por la Justicia Social) - Frente Barrial Peronista Oscar “Petete” Juárez - Frente Barrial “19 de diciembre” (General Pico) - Corriente “Martín Fierro” - Identidad Peronista - Militantes Intransigentes - Movimiento Evita (La Pampa) – Participación y Compromiso (Toay) - Peronismo Militante - Sindicato de Empleadas Domésticas (General Pico).
1 comentario:
El traidor menem ? apátrida,antidemocrático, y demás, pero un poroto al lado de los pinguinos. Estos son los verdaderamente jodidos para el progreso del país. Son la escencia del peronismo, la pura demagogia, meneandose por izquierda, y gobernando y garroteando al pueblo por derecha. Seis (6) años de gobierno llevan ya, y que esperan ?, en realidad esperan que la gente los siga votando y así será, parque está enquistada la cultura peronista más que nunca. Nada han hecho para cortar la injusta distribuciòn de la tierra, ni nada que se le paresca. Por supuesto no van a hablar de reforma agraria, nacionalización de la banca el comercio exterior, bahh para que seguir, es lo mismo de siempre. Son de derecha, y es una gran ob ra de teatro su oposición a la oligarquía vacuna. En realidad son socios, en todo caso se disputan a ver quien sigue con el Ejecutivo, pero después se van a tomar café juntos y a dormir.
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