En esta
fecha, que no sólo forma parte del calendario institucional sino que también se
halla manifiesta en el corazón de cada uno de los argentinos, se reivindica la
gesta de las Islas Malvinas como Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, y esto
nos sitúa en un tiempo y un espacio particular, además permite que nos convirtamos
en partícipes y guardianes de los hechos más importantes que conforman nuestra
historia, en definitiva, nuestra pertenencia a un colectivo social, cultural y
político.
Cuando
nuestros próceres junto al pueblo declaran la independencia en 1810 las
Malvinas estaban ocupadas por España, es decir que cuando se produce la
revolución de 1810 las Malvinas pasan, lógicamente, a ser parte de la soberanía
argentina. Las islas estaban habitadas por argentinos cuando en 1833 los
ingleses las usurparon, los expulsaron y en su lugar reubicaron ciudadanos
británicos. Desde entonces hay toda una sucesión de reclamos diplomáticos y
jurídicos ininterrumpidos y existen resoluciones de Naciones Unidas, tanto de la Asamblea General
como del Comité de Descolonización.
Agustín Colombo Sierra, doctorado en Derecho Internacional
en la Universidad
de La Sorbona,
señala que "el derecho internacional establece dos principios que están en
contra: uno es el principio de autodeterminación de los pueblos y otro es el
principio de integridad territorial. Para unas islas que fueron usurpadas y
ocupadas en el siglo XIX y que están a 500 kilómetros del
continente americano y a 14 mil kilómetros del Reino Unido la parte de la
integridad territorial tiene su importancia".
En consecuencia, recordemos que el derecho internacional
reconoce la capacidad de la autodeterminación a los pueblos a los originarios,
a los que nacieron en una tierra. Sin embargo, Inglaterra invadió las islas en
1833, después las ocupó con súbditos británicos de otros lugares, que no eran
de Inglaterra, eran particularmente escoceses. Y en estos últimos 150 años el
archipiélago ha sido habitado por los llamados kelpers, que son los que el
ocupante puso para establecerse en las islas, o sea que no son pueblos
originarios, ergo no pueden ejercer el derecho de autodeterminación.
Colegimos con la fundamentación de Raúl Emilio Vinuesa que "El contenido territorial de una sucesión de Estado, consecuencia de un proceso
de emancipación colonial, queda definido por aplicación del llamado principio
del uti possidetis. La aplicación de
este principio implica el reconocimiento de la delimitación de las
jurisdicciones coloniales internas, tal como fueron impuestas por el Estado
antecesor, independientemente de la efectiva ocupación o posesión de los
territorios asignados a cada circunscripción colonial. El uti possidetis como institución del Derecho Internacional se
fundamenta en normas convencionales y prácticas consuetudinarias reconocidas
por los Estados Latinoamericanos durante el siglo XIX. Los efectos inmediatos
de su aplicación fueron tanto el asegurarse que las sucesiones de Estado
resultantes de la emancipación colonia, se produjeran sobre todo el territorio
dominado por la metrópoli, como el disminuir o minimizar la generación de
futuros conflictos limítrofes."
Y en la
política exterior han sido muy claros los Gobiernos de Néstor Kirchner y
Cristina Fernández, pronunciando que "La Nación Argentina
ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas,
Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares
correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La
recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía,
respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del
derecho internacional constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del
pueblo argentino."
Podemos
resaltar que durante la 126ª Conferencia de la Unión Interparlamentaria,
que se desarrolló en la ciudad africana de Kampala (Uganda), parlamentarios
latinoamericanos expresaron en forma unánime su apoyo al reclamo de soberanía
argentino por las Islas Malvinas y se instó al mismo tiempo como región a los
otros grupos parlamentarios, en particular la Unión Europea, que
soliciten el acatamiento de Gran Bretaña de la Resolución 125 de las
Naciones Unidas y la desmilitarización del Atlántico sur.
Quisieramos
situar algunas reflexiones apoyándonos en el contexto histórico precedente ―que
todos y todas conocen a grandes rasgos― para realizar una prospectiva del
significado que tiene en la actualidad la expresión de esta reivindicación.
· La
predisposición que tiene Argentina en respetar y guiarse con las normas
internacionales que legislan y sientan jurisprudencia en la materia, también ha
posicionado al país en una situación ejemplar en lo que respecta a la defensa
de la paz. Este reclamo constante por una resolución pacífica del conflicto nos
convierte en garantes y defensores ante las disputas territoriales que aún
subsisten en el mundo con los países colonialistas. Y la postura de nuestra
Nación ha sido siempre dentro del marco legal y adecuándose a derecho, respetando
y aplicando todas las disposiciones emanadas de los organismos internacionales
para solucionar este tipo de litigio (por ejemplo, la Resolución 125 de las Naciones Unidas y la desmilitarización del Atlántico sur).
· Este
precedente también le permitió a la Argentina recibir el apoyo y la solidaridad de
los pueblos no sólo latinoamericanos, sino de otros continentes, lo que
consolida su reclamo en defensa de su soberanía. Frente a las políticas
coyunturales y las relaciones exteriores, quizás lo importante sea que ante
esta situación ―que vulnera la soberanía de un territorio― se han reunido los
distintos pueblos de América latina. Es por ello que este bloque común no sólo
deja expresada la toma de posición en cada uno de los organismos que han ido
creándose en los últimos tiempos (Mercosur, Unasur o Comunidad de Estados
de Latinoamérica y el Caribe), sino también lo hace en todos los foros
internacionales. Claramente
nos encontramos frente a una Argentina adulta y madura que ha sabido transitar
por caminos cada vez más democráticos donde Memoria, Verdad y Justicia son
valores irrenunciables que deben marcar nuestro horizonte.
· Este tipo de reivindicaciones soberanas sobre los
territorios que le pertenecen por derecho e historia a un país, también ha
repercutido en el compromiso de los ciudadanos de comprenderse como parte de
una Nación. Y quisiera citar palabras de un artículo del Centro de Veteranos de
Guerra de La Pampa:
“Malvinizar Malvinas es hablar de integridad territorial, de soberanía social y
política, de destino nacional autónomo, de alianzas estratégicas, es hablar
sobre las cosas que nos faltan o de las que estamos en proceso de recuperar.”
En este sentido el principal desafío que plantea Malvinas consiste en pensar el
conflicto en el contexto más amplio de la reconstrucción democrática. No será
posible dejar atrás la política errática si en la sociedad argentina no se da
una discusión más profunda acerca de qué significa Malvinas. Y Aquí, El Informe
Rattenbach, presentado públicamente por nuestra presidenta de la Nación Cristina Fernández de
Kirchner (elaborado por una comisión investigadora conformada por orden de la Junta Militar) es
tajante, categórico; y da cuenta de los errores, la inoperancia, la falta de
planificación y la demostración de prácticas inhumanas a nuestros soldados.
Vamos a cerrar estas apreciaciones apelando a la maestría de Atahualpa
Yupanqui, acompañado, en este caso, de Ariel Ramírez, que consignaron esta
historia que relatábamos en la canción "La hermanita perdida": "Malvinas, tierra cautiva,/
de un rubio tiempo pirata./ Patagonia te suspira./ Toda la Pampa te llama./ Seguirán
las mil banderas/ del mar, azules y blancas,/ pero queremos ver una/ sobre tus
piedras, clavada./ Para llenarte de criollos./ Para curtirte la cara/ hasta que
logres el gesto/ tradicional de la
Patria."