El hecho de que el juez Oyarbide haya cerrado la causa de enriquecimiento promovido contra los Kirchner por un abogado generó resquemores en los referentes de la oposición. Es válido recordar que el denunciante no es trigo limpio, y tiene una treintena de procesos sobre sus espaldas. Pero tampoco se puede ignorar la inoperancia de los que levantan la bandera de la ética y la república, porque ante la triste situación de que no pueden ofrecer a los argentinos un programa de gobierno con políticas que beneficien al conjunto, sólo les queda montarse sobre los titulares del gran diario argentino; sólo se hacen visibles sobre el "puterío" generado desde un medio que está manchado con sangre, alcahuete y justificador de la dictadura de Videla.
Más allá de los exabruptos que nos tiene acostumbrados Des'Carrió, con un decálogo de infortunios que nunca se cumplen, ahora en tándem salió a opinar la tropa radical: Sanz, Alfonsín, Cobos, el traidor. Y quizás lo sorprendente sea la unificación de voces anteponiendo al fallo del juez el trabajo de los peritos o la función de los fiscales y su obligación de apelar. Con distintos tonos y matices han declarado en sus multimedios amigos (y cómplices) que "tiene la obligación", aunque "no está escrito" es una obligación defender "a la sociedad".
Los argentinos necesitamos ejercitar la memoria, pensar un poco que sucedió a comienzos de este siglo XXI, cuando en el poder estaba la Alianza, a la cual festejaban y adulaban varios de estos personajes nefastos, es más, algunos de ellos eran funcionarios del gobierno del insípido presidente Fernando de la Rúa.
Es una obligación defender la sociedad, dicen. ¿Defender la sociedad?, repetimos, para comprender el colmo de la caradurez. Tanto en su pasado como en la actualidad han estado, estuvieron y estarán del lado de las corporaciones. Por lo menos las evidencias de su paso por la "cosa pública" son inobjetables; siempre patearon en contra del pueblo, por lo menos de las clases populares, excepto el populismo propuesto por el "Peludo" Yrigoyen, siempre estuvieron en la vereda de enfrente.
Los que hoy piden consenso y diálogo fueron los mismos que sacaron a la calle las fuerzas represivas del Estado, y no sólo en las trágicas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 sino durante todo su mandato. Inauguraron su Gobierno con muertes y lo cerraron con muertes. Entonces no es pura retórica hacernos la pregunta si los radicales defienden a la sociedad? El desgobierno de de la Rúa, con Freddy Storani en el Ministerio del Interior, dejó como saldo 40 asesinatos; sí, 40 argentinos muertos en la calle, en las movilizaciones que reclamaban por sus derechos.
La socióloga Norma Giarracca ha señalado en un artículo reciente: "Pero cuando la Alianza asumió, la represión con asesinatos se hizo práctica sistemática. A la semana de ser gobierno fueron asesinados dos correntinos en el Puente Belgrano en medio de un duro conflicto. Durante 2000 y 2001 cinco jóvenes fueron asesinados en los cortes de Mosconi y Tartagal, y la lista sigue con los 23 masacrados el 19 de diciembre y otros 13 en el fatídico jueves 20, en todo el país. Fueron 43 asesinatos políticos en dos años, bajo un gobierno que prometió democracia y transparencia a una población que aún tenía víctimas del Estado dictatorial sin enterrar."
Los radicales bajo tal perspectiva pueden denunciar tan sueltos de lengua o será que tienen una memoria bastante corta, para no decir que son unos cínicos. Considerando dicha realidad y de que sucedió en la mismísima Argentina, ya que el cuerpo del delito delata el asesinato de 43 ciudadanos, cabría preguntarnos, y además darles la posibilidad de autocrítica, si tienen la "autoridad" de decirnos a cada uno de nosotros de que hay y existen obligaciones de defender la sociedad?
Usted se dejaría defender por los radicales?
Que no sean Hipócritas!!!
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