[Movimiento Evita - La Pampa] El 24 de marzo se cumplen 34 años del Golpe Militar más sangriento y antinacional que padeció Argentina. Por las pruebas y evidencias que surgen en las investigación ahora es posible abarcar a la sociedad civil, porque también estuvo involucrada, hubo partícipes civiles, no sólo militares. Y son responsables tanto de las muertes como de la desaparición de 30.000 compañeros y compañeras.
Hubo sobrevivientes de esa cruenta dictadura, por eso conocemos parte de ese infierno, una maquinaria asesina que no tuvo contemplación ni siquiera con los adolescentes ni los niños. Por la ideología, por la solidaridad, por la caridad, fueron perseguidos, torturados, encarcelados y otros continuaron con la militancia en la clandestinidad, buscando recuperar la democracia.
Esta jornada es de reafirmación de la memoria y de la vigencia de los derechos humanos, además de manifestar la necesidad de la Unidad y Organización de los sectores nacionales y populares y, por sobre todo, el compromiso del Nunca Más. Además de continuar buscando la Verdad, la Justicia y el castigo a los represores genocidas del pueblo argentino.
La defensa de los Derechos Humanos también significa una mayor inclusión social: el acceso a la educación, a la salud, al trabajo, al salario justo; en definitiva a una vida más digna para el pueblo argentino.
Además es válido expresar el apoyo de la política de Derechos Humanos que fuera implementada por Néstor Kirchner desde el gobierno nacional, en el año 2003, y que se iniciara con un gesto altamente simbólico al descolgar el cuadro con la foto de Rafael Videla; el mismo derrotero prosigue la presidenta Cristina Fernández.
En nuestra memoria se hallan los nombres de cada uno de los compañeros y compañeras desaparecidos, y en los acto que se realizaron hoy hubo —y hay— un acompañamiento a la heroica gesta de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que, con su lucha por la Justicia, han marcado el camino de la dignidad a la Nación Argentina.
Ante este análisis no podemos desconocer los sucesos cotidianos que vienen articulándose en el país, por lo menos la coyuntura nos obliga a reflexionar y considerar algunos discursos alusivos y reivindicadores de las acciones de la dictadura.
Tanto el ex presidente Eduardo Duhalde como el jefe de Relaciones Institucionales de PRO, Diego Guelar, han sido la punta de lanza para conciliar una amnistía para los responsables del Terrorismo de Estado. Tampoco es posible ignorar la desacertada declaración de la líder de la Coalición Cívica, Lilita Carrió, al señalar que los hijos de Ernestina Herrera de Noble “son nuestros hijos”, o la cínica tapa de la revista Noticias en donde se señala que la dueña de Clarín sería Abuela en Mayo; metáfora provocadora dirigida a las Abuelas de Plaza de Mayo. Esta edición corresponde a la Editorial Perfil, la misma que edita el diario dirigido por el periodista Jorge Fontevecchia, quien durante la dictadura escribía para La Semana y que es autor, además, de la editorial “Carta abierta al turista europeo” (en alusión a la Carta Abierta de un periodista a la Junta Militar, de Rodolfo Walsh), de mayo de 1978, donde señalaba: “no nos venga a hablar de campos de concentración, de matanzas clandestinas o de terror nocturno […] Esta es una fecha clave para defender al Proceso”. El Proceso de Reorganización Nacional.
Un artículo de este periodista progolpista, devenido en demócrata, fue utilizado el año pasado en el Concejo Deliberante para compararlo con la propuesta del proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
El conglomerado oportunista mal llamado “oposición” es parte del dislate contra las instituciones, la foto de hace unas semanas en el Congreso de la Nación lo demuestra, pues se juntaron con el único objetivo de poner palos a la rueda. Queda claro de que ideológicamente tienen distancias sustanciales, o debería haberlas, pero ahí estaban en la mesa —como reponiendo la vieja Unión Democrática— Gerardo Morales y Ernesto Sanz (UCR), Adolfo Rodríguez Saá y Chiche Duhalde (Peronismo Federal), Rubén Giustiniani (Socialismo), María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica), entre otros, y escondido, para que no ahuyente a los incrédulos, el ex presidente Carlos Saúl Menem.
Se han opuesto a todo lo que puede beneficiar al pueblo argentino, y lo han hecho sin proponer algún proyecto viable, es evidente que tan solo defienden a las corporaciones económicas; por los menos la agenda de los medios así lo refleja y, además, cuando no se logran los objetivos propuestos por los monopolios mediáticos, también son fustigados por su inutilidad.
La macroeconomía refrenda gran parte de las acciones del gobierno, y cada una de esas decisiones consolida el Proyecto Nacional y Popular. Tanto el DNU que creó el Fondo del Bicentenario, como el de Desendeudamiento, generaron una mejora trascendente en los Mercados de Valores; pero la oposición, integrada por diputados y senadores de las provincias, atenta contra las medidas progresistas y expone que muchos de ellos están involucrados, después de la denuncia de la representante de Santa Fe, Roxana Latorre, en la desestabilización del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
En esta fecha que repone la memoria de los compañeros que no están, se señala que muchos de los que se esfuerzan para interpretar la retórica democrática, de a poco, van quedando al desnudo, a la intemperie, como Macri, por ejemplo, porque sus relaciones transparentan sus objetivos ocultos que, más que defender al pueblo, son partidarios de políticas que benefician a las corporaciones de siempre; muchas de las cuales afianzaron su hegemonía durante el pacto de sangre con la dictadura.
El ex presidente Raúl Alfonsín denunció esta táctica en el discurso que diera el 13 de febrero de 1987 en la inauguración de la Biblioteca Saguier, e identificó al Gran Diario Argentino como responsable de las mismas, tal cual sucede ahora: “Si el pueblo de la Nación fuera lo que el Clarín dice que es, estaríamos todos destrozándonos entre nosotros”.
Hubo sobrevivientes de esa cruenta dictadura, por eso conocemos parte de ese infierno, una maquinaria asesina que no tuvo contemplación ni siquiera con los adolescentes ni los niños. Por la ideología, por la solidaridad, por la caridad, fueron perseguidos, torturados, encarcelados y otros continuaron con la militancia en la clandestinidad, buscando recuperar la democracia.
Esta jornada es de reafirmación de la memoria y de la vigencia de los derechos humanos, además de manifestar la necesidad de la Unidad y Organización de los sectores nacionales y populares y, por sobre todo, el compromiso del Nunca Más. Además de continuar buscando la Verdad, la Justicia y el castigo a los represores genocidas del pueblo argentino.
La defensa de los Derechos Humanos también significa una mayor inclusión social: el acceso a la educación, a la salud, al trabajo, al salario justo; en definitiva a una vida más digna para el pueblo argentino.
Además es válido expresar el apoyo de la política de Derechos Humanos que fuera implementada por Néstor Kirchner desde el gobierno nacional, en el año 2003, y que se iniciara con un gesto altamente simbólico al descolgar el cuadro con la foto de Rafael Videla; el mismo derrotero prosigue la presidenta Cristina Fernández.
En nuestra memoria se hallan los nombres de cada uno de los compañeros y compañeras desaparecidos, y en los acto que se realizaron hoy hubo —y hay— un acompañamiento a la heroica gesta de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que, con su lucha por la Justicia, han marcado el camino de la dignidad a la Nación Argentina.
Ante este análisis no podemos desconocer los sucesos cotidianos que vienen articulándose en el país, por lo menos la coyuntura nos obliga a reflexionar y considerar algunos discursos alusivos y reivindicadores de las acciones de la dictadura.
Tanto el ex presidente Eduardo Duhalde como el jefe de Relaciones Institucionales de PRO, Diego Guelar, han sido la punta de lanza para conciliar una amnistía para los responsables del Terrorismo de Estado. Tampoco es posible ignorar la desacertada declaración de la líder de la Coalición Cívica, Lilita Carrió, al señalar que los hijos de Ernestina Herrera de Noble “son nuestros hijos”, o la cínica tapa de la revista Noticias en donde se señala que la dueña de Clarín sería Abuela en Mayo; metáfora provocadora dirigida a las Abuelas de Plaza de Mayo. Esta edición corresponde a la Editorial Perfil, la misma que edita el diario dirigido por el periodista Jorge Fontevecchia, quien durante la dictadura escribía para La Semana y que es autor, además, de la editorial “Carta abierta al turista europeo” (en alusión a la Carta Abierta de un periodista a la Junta Militar, de Rodolfo Walsh), de mayo de 1978, donde señalaba: “no nos venga a hablar de campos de concentración, de matanzas clandestinas o de terror nocturno […] Esta es una fecha clave para defender al Proceso”. El Proceso de Reorganización Nacional.
Un artículo de este periodista progolpista, devenido en demócrata, fue utilizado el año pasado en el Concejo Deliberante para compararlo con la propuesta del proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
El conglomerado oportunista mal llamado “oposición” es parte del dislate contra las instituciones, la foto de hace unas semanas en el Congreso de la Nación lo demuestra, pues se juntaron con el único objetivo de poner palos a la rueda. Queda claro de que ideológicamente tienen distancias sustanciales, o debería haberlas, pero ahí estaban en la mesa —como reponiendo la vieja Unión Democrática— Gerardo Morales y Ernesto Sanz (UCR), Adolfo Rodríguez Saá y Chiche Duhalde (Peronismo Federal), Rubén Giustiniani (Socialismo), María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica), entre otros, y escondido, para que no ahuyente a los incrédulos, el ex presidente Carlos Saúl Menem.
Se han opuesto a todo lo que puede beneficiar al pueblo argentino, y lo han hecho sin proponer algún proyecto viable, es evidente que tan solo defienden a las corporaciones económicas; por los menos la agenda de los medios así lo refleja y, además, cuando no se logran los objetivos propuestos por los monopolios mediáticos, también son fustigados por su inutilidad.
La macroeconomía refrenda gran parte de las acciones del gobierno, y cada una de esas decisiones consolida el Proyecto Nacional y Popular. Tanto el DNU que creó el Fondo del Bicentenario, como el de Desendeudamiento, generaron una mejora trascendente en los Mercados de Valores; pero la oposición, integrada por diputados y senadores de las provincias, atenta contra las medidas progresistas y expone que muchos de ellos están involucrados, después de la denuncia de la representante de Santa Fe, Roxana Latorre, en la desestabilización del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
En esta fecha que repone la memoria de los compañeros que no están, se señala que muchos de los que se esfuerzan para interpretar la retórica democrática, de a poco, van quedando al desnudo, a la intemperie, como Macri, por ejemplo, porque sus relaciones transparentan sus objetivos ocultos que, más que defender al pueblo, son partidarios de políticas que benefician a las corporaciones de siempre; muchas de las cuales afianzaron su hegemonía durante el pacto de sangre con la dictadura.
El ex presidente Raúl Alfonsín denunció esta táctica en el discurso que diera el 13 de febrero de 1987 en la inauguración de la Biblioteca Saguier, e identificó al Gran Diario Argentino como responsable de las mismas, tal cual sucede ahora: “Si el pueblo de la Nación fuera lo que el Clarín dice que es, estaríamos todos destrozándonos entre nosotros”.
1 comentario:
Excelente publicación. Solamente puedo agregar una frase de Galeano: "Creo que no hay memoria individual que no sea colectiva y que la recuperación de la memoria es fundamental para la recuperación de la capacidad de creación.
No se puede esconder bajo la alfombra la basura de la memoria."
En eso estamos, compañero!
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