"La Campana Web" quiere expresar su solidaridad con el escritor y periodista Sergio De Matteo, víctima de los intolerantes de siempre. Por más que algunos traten de minimizar la agresión sufrida por el colega, diciendo que solo se trató de una pelea interna de integrantes de una agrupación partidaria, estamos convencidos de que ya sea desde el plano político partidario o del que se quiera analizar, no debemos dejar que este lamentable hecho pase desapercibido. Cuando quienes se disfrazan de trabajadores de medios de comunicación, para dar rienda suelta a su intolerancia, es que debemos estar alertas y repudiar cada vez que se produzca un hecho similar. Seguramente que como De Matteo es un intelectual identificado plenamente con el ideario del peronismo no merecerá la solidaridad del Sindicato de Prensa y de la Asociación Pampeana de Escritores, al menos no dieron ninguna muestra pasadas las primeras 24 horas del ataque que sufriera el colega. Como se puede ver, la discriminación ideológica de algunas organizaciones que debieran dar cobertura al libre pensamiento está al orden del día. Desde la redacción de "La Campana" queremos decirle a Sergio el poeta, el escritor, el periodista, el militante, que no afloje, que siga con su tarea social y que cuenta con el apoyo nuestro y el de los que lo conocemos. No estás solo.
Adrián Medina
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Agradezco a cada uno de los amigos, de los vecinos, colegas y compañeros de lucha que se han solidarizado en estos días con mi persona, debido a este hecho aciago no sólo para la política sino para las normas de convivencia, y que lo han manifestado a través de llamados, mensajes, visitas, escritos (como la del periodista Adrián Medina), notas y demás.
Aprovecho para tranquilizar a todos aquellos que nos leen desde otros lugares, diciéndoles que ya me encuentro en mejores condiciones y que de ahora en más viene la rehabilitación. Pero a pesar de esta circunstancia no cabe ninguna duda de que seguiré trabajando y opinando, exponiendo mi pensamiento y mi filiación más allá de toda agresión física, de violencia semiótica y, también, discriminación ideológica. Porque tengo y sostengo una toma de posición concreta, real, inclusive partidaria, pero ante todo revisto y siempre me he comprometido en defensa de la integridad de la vida humana. Y aquí no hay retórica ni colores ni sujeto espinoso que escape a tal jurisdicción y grado de consciencia.
Gracias por los que me acompañaron y gracias, también, a los que se llamaron a silencio.
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